El Puño en Alto
Eres del lugar donde recoges la basura. Donde dos rayos caen en el mismo sitio. Porque viste el primero, esperas el segundo. Y aquí sigues. Donde la tierra se abre y la gente se junta. Otra vez llegaste tarde: estás vivo por impuntual, por no asistir a la cita que a las 13:14 te había dado la muerte, treinta y dos años después de la otra cita, a la que tampoco llegaste a tiempo. Eres la víctima omitida. El edificio se cimbró y no viste pasar la vida ante tus ojos, como sucede en las películas. Te dolió una parte del cuerpo que no sabías que existía: La piel de la memoria, que no traía escenas de tu vida, sino del animal que oye crujir a la materia. También el agua recordó lo que fue cuando era dueña de este sitio. Tembló en los ríos. Tembló en las casas que inventamos en los ríos. Recogiste los libros de otro tiempo, el que fuiste hace mucho ante esas páginas. Llovió sobre mojado después de las fiestas de la patria, Más cercanas al jolgor