Año Bisiesto: Largas Noches de Consuelo
Año Bisiesto es producción mexicana y dirigida por australiano, naturalizado mexicano, Michael Rowe él cual obtuvo la Cámara de Oro del Festival de Cannes del 2010.
Laura (Mónica del Carmen), joven de origen oaxaqueño y reportera free-lance que vive en el D.F. Vive en la soledad, mientras satisface su sexualidad con amantes ocasionales o masturbándose. Hasta que conoce a Arturo (Gustavo Sánchez Parra), con quien inicia una relación sexual sadomasoquista con límites insospechados pero paradójicamente encuentra verdadero cariño en la relación.
La cinta puede catalogarse como un cine intimista, crudo, lúgubre y sórdido sobre la miseria humana, tan común en la cinematografía mexicana de los últimos 30 años. Sin embargo, Año Bisiesto es producido con muy pocos recursos, lo cual le da un aspecto burdo y hasta podríamos denominarlo barato pues prácticamente observamos un solo interior, sin música y abundan las escenas donde se observa a Laura en situaciones cotidianas pero estas características acentúa la frágil condición de la protagonista quien ve como su vida se empieza a alienar con respecto a su realidad y por ello se sumerge en una depresión que solo consuela cuando tiene sus encuentros con Arturo, encuentros que rayan en la psicopatía por parte de ambos.
El guión es propio de Rowe y Lucía Carreras. Sobresalen las sobrias actuaciones de Mónica del Carmen y Sánchez Parra, con personajes realmente complejos, en situaciones extremas de intimidad, situaciones que conducen a la reflexión acerca de la decadencia, la presencia continua de la muerte, el significado de la soledad y los deseos (in)satisfechos.
Muy buena película pero no para cualquier público. Hay que llegar atento y preparado, con el estómago blindado, para contemplar el doloroso transe de un ser atormentado en medio de escenas intimas.
El titulo Año Bisiesto es metáfora sobre como lo diferente, lo extraño e incluso difícil se convierte en cotidiano, además de cómo escondemos nuestro dolor y desanimo en mentiras que decimos a quienes nos rodean.
Laura (Mónica del Carmen), joven de origen oaxaqueño y reportera free-lance que vive en el D.F. Vive en la soledad, mientras satisface su sexualidad con amantes ocasionales o masturbándose. Hasta que conoce a Arturo (Gustavo Sánchez Parra), con quien inicia una relación sexual sadomasoquista con límites insospechados pero paradójicamente encuentra verdadero cariño en la relación.
La cinta puede catalogarse como un cine intimista, crudo, lúgubre y sórdido sobre la miseria humana, tan común en la cinematografía mexicana de los últimos 30 años. Sin embargo, Año Bisiesto es producido con muy pocos recursos, lo cual le da un aspecto burdo y hasta podríamos denominarlo barato pues prácticamente observamos un solo interior, sin música y abundan las escenas donde se observa a Laura en situaciones cotidianas pero estas características acentúa la frágil condición de la protagonista quien ve como su vida se empieza a alienar con respecto a su realidad y por ello se sumerge en una depresión que solo consuela cuando tiene sus encuentros con Arturo, encuentros que rayan en la psicopatía por parte de ambos.
El guión es propio de Rowe y Lucía Carreras. Sobresalen las sobrias actuaciones de Mónica del Carmen y Sánchez Parra, con personajes realmente complejos, en situaciones extremas de intimidad, situaciones que conducen a la reflexión acerca de la decadencia, la presencia continua de la muerte, el significado de la soledad y los deseos (in)satisfechos.
Muy buena película pero no para cualquier público. Hay que llegar atento y preparado, con el estómago blindado, para contemplar el doloroso transe de un ser atormentado en medio de escenas intimas.
El titulo Año Bisiesto es metáfora sobre como lo diferente, lo extraño e incluso difícil se convierte en cotidiano, además de cómo escondemos nuestro dolor y desanimo en mentiras que decimos a quienes nos rodean.
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