Don't Be Afraid of the Dark: Hacia la Temible Oscuridad
Don't Be Afraid of the Dark (No Temas a la Oscuridad) es un remake basado en telefilme del mismo nombre de 1973 cuyo guión es de Matthew Robbins y Guillermo del Toro, este ultimo funge como productor y cede la silla de director al neófito Troy Nixey.
La pequeña Sally (Bailee Madison), llega a vivir con su padre divorciado Alex (Guy Pearce) y su nueva novia Kim (Katie Holmes) en una remota mansión que ambos están renovando para luego venderla. Con lo cual hace sentir a Sally fuera de lugar en la enorme casa, y en sus exploraciones descubre un sótano oculto, donde escucha voces fantasmales y accidentalmente libera algo que estuvo encerrado por años, y ahora empieza a manifestarse de manera siniestra en los oscuros rincones de la mansión. Y Alex y la comprensiva Kim ignoran los cuentos de la niña, pues consideran que simplemente está buscando atención. Mientras tanto, la presencia amenaza con llevarse a Sally para siempre...
Aun cuando Guillermo del Toro se ha caracterizado por sus cintas llenas de fantasía y terror pero en esta ocasión le da la oportunidad a Troy Nixey quien es su primer largometraje, condición que termina por convertirse en la peor característica de la cinta pues no logra mantener un ritmo constante a lo largo de toda la trama, salvo las escenas terroríficas que son gráficamente violentas, el prólogo es visceralmente maravilloso y perturbador, y durante todo momento sentimos que la protagonista puede morir a manos de la maligna presencia de la mansión.
En contrapunto de lo anteriormente expuesto la historia se rodea de clichés y contiene una trama predecible dando al traste los pocos momentos terroríficos que muestra en pantalla; cinta que prometía demasiado por tratarse de una producción de Guillermo del Toro pero que no termina de ensamblar bien el novel director.
No Temas a la Oscuridad es una cinta terrorífica entretenida, mas no memorable, que cumple con un objetivo cruel: especularás varias veces si apagar la luz antes de dormir es buena idea.
La pequeña Sally (Bailee Madison), llega a vivir con su padre divorciado Alex (Guy Pearce) y su nueva novia Kim (Katie Holmes) en una remota mansión que ambos están renovando para luego venderla. Con lo cual hace sentir a Sally fuera de lugar en la enorme casa, y en sus exploraciones descubre un sótano oculto, donde escucha voces fantasmales y accidentalmente libera algo que estuvo encerrado por años, y ahora empieza a manifestarse de manera siniestra en los oscuros rincones de la mansión. Y Alex y la comprensiva Kim ignoran los cuentos de la niña, pues consideran que simplemente está buscando atención. Mientras tanto, la presencia amenaza con llevarse a Sally para siempre...
Aun cuando Guillermo del Toro se ha caracterizado por sus cintas llenas de fantasía y terror pero en esta ocasión le da la oportunidad a Troy Nixey quien es su primer largometraje, condición que termina por convertirse en la peor característica de la cinta pues no logra mantener un ritmo constante a lo largo de toda la trama, salvo las escenas terroríficas que son gráficamente violentas, el prólogo es visceralmente maravilloso y perturbador, y durante todo momento sentimos que la protagonista puede morir a manos de la maligna presencia de la mansión.
En contrapunto de lo anteriormente expuesto la historia se rodea de clichés y contiene una trama predecible dando al traste los pocos momentos terroríficos que muestra en pantalla; cinta que prometía demasiado por tratarse de una producción de Guillermo del Toro pero que no termina de ensamblar bien el novel director.
No Temas a la Oscuridad es una cinta terrorífica entretenida, mas no memorable, que cumple con un objetivo cruel: especularás varias veces si apagar la luz antes de dormir es buena idea.
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