The Woman in Black: Penitencia
The Woman in Black (La Dama de Negro) cinta de terror sobrenatural de la Productora británica Hammer Films cuya trama cuenta con la ya conocida casa embrujada y su imaginario clásico de pasillos abandonados, antiguas maldiciones y clásica historia de fantasmas. Además contado con el joven actor Daniel Radcliffe tras su éxito con la saga de Harry Potter, así como la dirección de James Watkins.
Inglaterra, principios del XX. El joven abogado Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), se encuentra viudo, deprimido y endeudado, es enviado al Noreste del país a resolver pendientes administrativos tras la muerte de Alice Drablow, dueña del vetusto caserón Eel Marsh, situado en un islote en medio de una marisma. A su arribo, Kipps se encuentra con el recelo y rechazo de los pobladores, quienes temen a la figura de la Dama de Negro. Al principio el abogado atribuye todo a la ignorancia y la superstición pero en el proceso de descubrimiento cambia su pensar y descubre la causa del penar de la fantasmal mujer.
Muchas veces las cintas de terror cuentan con algunos de los elementos ya hartamente vistos hoy en día, inclusive podría decirse que están algo desfasados en un tiempo en el que “los horrores de feria” se han convertido en una rareza dentro de su propio género pues se espera que se presenten escenas violentamente graficas. Igualmente muchas veces los sustos son baratos en su simpleza, meras subidas de volumen, y otros son predecibles, como en el caso que en esta ocasión nos atañe, pero las apariciones del fantasma del titulo están dotadas de un efectismo estético en ocasiones impresionante y bastante tenebrosa. En cuanto al argumento este es bastante básico y esquemático y se ha añadido el clásico elemento del "niño en peligro" para dar a la audiencia una sensación extra de preocupación y temor.
Por otra parte puedo asegurar que La Dama de Negro es una película que no decepciona a los apasionados de las historias fantasmales y de casonas abandonadas ya que el guión de Jane Goldman, a partir de la novela de Susan Hill, es correctamente ejecutado, sin pretensiones, contando con una espléndida y opresiva fotografía de Tim Maurice-Jones, una eficiente partitura de Marco Beltrami y una muy eficaz actuación de Daniel Radcliffe, todos ellos bajo la sobria batuta de James Watkins.
En cuanto a la actuación del joven Radcliffe puedo decir que se desprendió por completo de la figura del mítico mago y consigue llevar sobre sus hombros el peso del relato. Su corta edad no hace daño a su papel si consideramos que en esa época un joven de 22 años ya era un hombre con grandes responsabilidades. Proyecta sin problemas el dolor por la pérdida de su amada y el gran amor por su hijo Joseph (Misha Handley), el cual demostró ser el más poderoso de los afectos humanos. Muchos podrán opinar que un actor más expresivo y experimentado pudo manejar mejor el papel pero démosle merito a Radcliffe por querer salir del encasillamiento del “maguito”.
Resumiendo, La Dama de Negro es una película ideal si se busca una historia de terror al viejo uso, y algunas de sus imágenes ciertamente son bastante inquietantes, lo suficiente al menos como para asegurar que serán difíciles de olvidar para aquellos adeptos al horror sobrenatural tan maltratado en nuestros tiempos. Espero que su buena fortuna incentive a los estudios para crear películas igualmente interesantes. Los fantasmas siempre tienen mucho que ofrecer, claro si se sabe contar su historia.
Inglaterra, principios del XX. El joven abogado Arthur Kipps (Daniel Radcliffe), se encuentra viudo, deprimido y endeudado, es enviado al Noreste del país a resolver pendientes administrativos tras la muerte de Alice Drablow, dueña del vetusto caserón Eel Marsh, situado en un islote en medio de una marisma. A su arribo, Kipps se encuentra con el recelo y rechazo de los pobladores, quienes temen a la figura de la Dama de Negro. Al principio el abogado atribuye todo a la ignorancia y la superstición pero en el proceso de descubrimiento cambia su pensar y descubre la causa del penar de la fantasmal mujer.
Muchas veces las cintas de terror cuentan con algunos de los elementos ya hartamente vistos hoy en día, inclusive podría decirse que están algo desfasados en un tiempo en el que “los horrores de feria” se han convertido en una rareza dentro de su propio género pues se espera que se presenten escenas violentamente graficas. Igualmente muchas veces los sustos son baratos en su simpleza, meras subidas de volumen, y otros son predecibles, como en el caso que en esta ocasión nos atañe, pero las apariciones del fantasma del titulo están dotadas de un efectismo estético en ocasiones impresionante y bastante tenebrosa. En cuanto al argumento este es bastante básico y esquemático y se ha añadido el clásico elemento del "niño en peligro" para dar a la audiencia una sensación extra de preocupación y temor.
Por otra parte puedo asegurar que La Dama de Negro es una película que no decepciona a los apasionados de las historias fantasmales y de casonas abandonadas ya que el guión de Jane Goldman, a partir de la novela de Susan Hill, es correctamente ejecutado, sin pretensiones, contando con una espléndida y opresiva fotografía de Tim Maurice-Jones, una eficiente partitura de Marco Beltrami y una muy eficaz actuación de Daniel Radcliffe, todos ellos bajo la sobria batuta de James Watkins.
En cuanto a la actuación del joven Radcliffe puedo decir que se desprendió por completo de la figura del mítico mago y consigue llevar sobre sus hombros el peso del relato. Su corta edad no hace daño a su papel si consideramos que en esa época un joven de 22 años ya era un hombre con grandes responsabilidades. Proyecta sin problemas el dolor por la pérdida de su amada y el gran amor por su hijo Joseph (Misha Handley), el cual demostró ser el más poderoso de los afectos humanos. Muchos podrán opinar que un actor más expresivo y experimentado pudo manejar mejor el papel pero démosle merito a Radcliffe por querer salir del encasillamiento del “maguito”.
Resumiendo, La Dama de Negro es una película ideal si se busca una historia de terror al viejo uso, y algunas de sus imágenes ciertamente son bastante inquietantes, lo suficiente al menos como para asegurar que serán difíciles de olvidar para aquellos adeptos al horror sobrenatural tan maltratado en nuestros tiempos. Espero que su buena fortuna incentive a los estudios para crear películas igualmente interesantes. Los fantasmas siempre tienen mucho que ofrecer, claro si se sabe contar su historia.
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