Wrath of the Titans: ¡Pero Yo no Quiero Estar Ahí!

Después de tan desastrosa recepción por parte de los críticos y algunos fanáticos del cine de fantasía hacia la cinta Clash of the Titans (Furia de Titanes) en el 2010 sus productores decidieron enmendar el error y traer a Jonathan Liebesman para dirigir la secuela inmediata cuyo nombre es Wrath of the Titans (Furia de Titanes 2).

De nuevo los dioses del Olimpo están en problemas ya que Cronos pronto se liberará de su prisión. El gran Zeus (Liam Neeson) le pide ayuda a Perseo (Sam Worthington) para evitar los acontecimientos que se avecinan pero este se niega al expresarle que tiene una familia que cuidar. Pronto una Quimera ataca la aldea del héroe y es cuando Perseo decide ir al templo de los dioses para pedir explicaciones. Es en ese momento que descubre que Hades (Ralph Fiennes) y Aries (Edgar Ramirez) se han unido para secuestrar a Zeus y así apresurar la libertad de Cronos, por lo cual deberá unirse a la Reina Andrómeda (Rosamund Pike) y al embaucador de Agénor (Toby Kebbell). Es así que comienza una misión de rescate para salvar a su padre y al mundo.

Personalmente la cinta predecesora del 2010 fue una de las experiencias más desagradables e indignas en cuanto entretenimiento se refiere y el saber que existiría una secuela no fue de mi total agrado por lo cual comenzare a enumerar los principales errores de la cinta que nos atañe. Por principio de cuentas el primer acto adolece de ritmo, goza de las típicas secuencias de acción, en este caso el héroe se enfrenta a una bestia descomunal y logra vencerla, sin embargo después de ello la trama se vuelve irregular durante los primeros 50 minutos no logra crear la tensión suficiente para emocionar espectador.

Después de transcurrido ese tiempo la cinta conjuga los elementos suficientes para entrar de lleno a la acción y al drama épico pero el director y los guionistas no logran darles coherencia y pesos suficiente y terminan por ser desperdiciados enormemente dando al traste lo que podría ser una muy decente cinta de acción y fantasía lo cual me lleva a “The Final Boss”, o sea Cronos, quien resurge de su letárgico sueño en medio de ruido, explosiones y movimientos de cámara que intentar darle espectacularidad pero que termina pereciendo rápidamente bajo el arma que empuña el héroe, demasiado ruido para tan insustancial pelea, los mismos resultados que observamos en su antecesora.

En contraposición a lo anteriormente expuesto podemos añadir que la historia desarrolla mejor a sus personajes, aunque de forma limitada, y ahora sí aprovecha el tener entre sus filas a Liam Neeson y Ralph Fiennes donde demuestran que no sólo están ahí para cobrar un sueldo. Sus actuaciones no son las mejores por parte de ellos pero gozan de un arco dramático interesante, Zeus no es el bueno inocente, ni Hades el malo sin corazón. Los cual me lleva a cuestionar si dichos personajes merecían un final ramplón como el que le fue creado. Por su parte Sam Worthington sigue a la cabeza, al menos ya actúa “mejor” que en la primera parte, demostrando que puede “actuar” no obstante necesite un muy buen director que lo encamine. Por su parte Rosamund Pike cumple como acompañante de aventuras del protagonista y futuro interés amoroso de este.

A decir verdad el que esta película sea mejor que la anterior es decir demasiado. No lograra el reconocimiento inmediato por parte del público pero si logra ser un muy regular entretenimiento. Sinceramente podría recomendar otras cintas en su lugar pero si no existen más opciones pueden contar con Furia de Titanes 2, claro si quieren dejar el cerebro olvidado en un mejor lugar por un par de horas.

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