Les Misérables: Parias
Les Misérables (Los Miserables) obra de Víctor Hugo ha sido adaptada a todo tipo de medios, incluido el cine y el teatro, y convertida en uno de los musicales más famosos de todos los tiempos que, aún a día de hoy, se sigue representando. Como era de esperarse, el paso a la gran pantalla de la obra musical, era inevitable y se ha hecho realidad con un elenco de primera categoría dirigido por Tom Hooper.
Jean Valjean (Hugh Jackman) es liberado de prisión, sin embargo, le es difícil encontrar un oficio hasta que encuentra la redención en un camino de bondad, y por ello cambia de identidad y se convierte en alcalde de Montreuil. Allí conoce a Fantine (Anne Hathaway), una joven que trabaja para dar de comer a su hija. Tras ser ultrajada y vivir penurias Fantine es rescatada por Valjean, quien le jura proteger a su hija en su nombre, aunque para ello deberá vivir huyendo del inspector Javert (Russell Crowe), que está obsesionado con cazarle.
No soy muy afecto a los musicales cinematográficos pero que una obra como Los Miserables fuera adaptada como musical a la gran pantalla me causaba curiosidad, y lo cierto es que la experiencia me causo sentimientos encontrados. Por un lado, la película consiguió emocionarme pero por otro me resulto monótona y por momentos aburrida, gracias a su aparentemente excesiva duración.
Parte de mi descontento puede ser por la forma en que el director, Tom Hooper, ha representado la obra, quien ciertamente logra que ciertas escenas sean entrañables para el espectador por el drama que maneja, pero en otras no logra que lo majestuoso y grandioso emocione al espectador. Tal vez sea la inexperiencia de Hooper en el área de los musicales y por ello opta por una dirección simplista que se limita a trasladar lo visto en la obra de teatro, obteniendo un resultado que alcanza en su tramo final la monotonía y la repetición, coronado con un montaje torpe. Aunque por otra parte el trabajo de producción está muy cuidado, especialmente lo que se refiere al vestuario y la fotografía.
Aun con mi reproche anterior he de reconocer que la película si consigue su objetivo: el de emocionar al público y eso es gracias al talento de los actores, además de a la innegable calidad de las canciones que llegan al corazón. Y parte del logro de dicho objetivo es que Hooper sabe dirigir a sus actores principales, así como el haber optado por rodar la película con los actores cantando in situ. Del elenco la que peor parada sale es Amanda Seyfried, y no porque lo haga mal sino porque su personaje Cosette carece de cierto protagonismo. Aunado al hecho de que queda ensombrecida por Samantha Banks, joven actriz que da vida de manera soberbia a la enamorada no correspondida Éponine. Junto a ellas tenemos a Eddie Redmayne, gran sorpresa del film que da vida a Marius. El joven Daniel Huttlestone roba el corazón como Gavroche. Helena Bonham Carter da vida a Madame Thénardier, mientras que Sacha Baron Cohen sigue demostrando su valía actoral como el ruin Monsieur Thénardier. Russell Crowe ofrece su presencia al rígido y tenaz Inspector Javert. Pero quienes en verdad emocionan y llevan sobre sus hombros el peso de la cinta son Hugh Jackman y Anne Hathaway. El actor australiano logra por fin un papel que hace justicia a sus dotes musicales que tanto ha desarrollado sobre los escenarios. Con Jean Valjean logra una de sus mejores interpretaciones, llena de fuerza y sensibilidad. Inmenso. A su lado tenemos a una desgarradora Anne Hathaway que nos destroza el corazón al de cantar sus penas. Las emociones a flor de piel y las lágrimas que fluyen son por ella, que compone una Fantine inolvidable.
Los Miserables es una de las películas que ha dado mucho de qué hablar. Supongo que para mi gusto debió ser una película muchos más majestuosa y emotiva, pero tal vez por el hecho de que no soy tan afecto a los musicales no logro ver todas las maravillas que pudiera tener o simplemente mi óptica si logro ver sus propios defectos y por ello reniego un poco de ella. Aun así, y a pesar sus defectos, consigue emocionar, por lo cual ya vale la pena.
Jean Valjean (Hugh Jackman) es liberado de prisión, sin embargo, le es difícil encontrar un oficio hasta que encuentra la redención en un camino de bondad, y por ello cambia de identidad y se convierte en alcalde de Montreuil. Allí conoce a Fantine (Anne Hathaway), una joven que trabaja para dar de comer a su hija. Tras ser ultrajada y vivir penurias Fantine es rescatada por Valjean, quien le jura proteger a su hija en su nombre, aunque para ello deberá vivir huyendo del inspector Javert (Russell Crowe), que está obsesionado con cazarle.
No soy muy afecto a los musicales cinematográficos pero que una obra como Los Miserables fuera adaptada como musical a la gran pantalla me causaba curiosidad, y lo cierto es que la experiencia me causo sentimientos encontrados. Por un lado, la película consiguió emocionarme pero por otro me resulto monótona y por momentos aburrida, gracias a su aparentemente excesiva duración.
Parte de mi descontento puede ser por la forma en que el director, Tom Hooper, ha representado la obra, quien ciertamente logra que ciertas escenas sean entrañables para el espectador por el drama que maneja, pero en otras no logra que lo majestuoso y grandioso emocione al espectador. Tal vez sea la inexperiencia de Hooper en el área de los musicales y por ello opta por una dirección simplista que se limita a trasladar lo visto en la obra de teatro, obteniendo un resultado que alcanza en su tramo final la monotonía y la repetición, coronado con un montaje torpe. Aunque por otra parte el trabajo de producción está muy cuidado, especialmente lo que se refiere al vestuario y la fotografía.
Aun con mi reproche anterior he de reconocer que la película si consigue su objetivo: el de emocionar al público y eso es gracias al talento de los actores, además de a la innegable calidad de las canciones que llegan al corazón. Y parte del logro de dicho objetivo es que Hooper sabe dirigir a sus actores principales, así como el haber optado por rodar la película con los actores cantando in situ. Del elenco la que peor parada sale es Amanda Seyfried, y no porque lo haga mal sino porque su personaje Cosette carece de cierto protagonismo. Aunado al hecho de que queda ensombrecida por Samantha Banks, joven actriz que da vida de manera soberbia a la enamorada no correspondida Éponine. Junto a ellas tenemos a Eddie Redmayne, gran sorpresa del film que da vida a Marius. El joven Daniel Huttlestone roba el corazón como Gavroche. Helena Bonham Carter da vida a Madame Thénardier, mientras que Sacha Baron Cohen sigue demostrando su valía actoral como el ruin Monsieur Thénardier. Russell Crowe ofrece su presencia al rígido y tenaz Inspector Javert. Pero quienes en verdad emocionan y llevan sobre sus hombros el peso de la cinta son Hugh Jackman y Anne Hathaway. El actor australiano logra por fin un papel que hace justicia a sus dotes musicales que tanto ha desarrollado sobre los escenarios. Con Jean Valjean logra una de sus mejores interpretaciones, llena de fuerza y sensibilidad. Inmenso. A su lado tenemos a una desgarradora Anne Hathaway que nos destroza el corazón al de cantar sus penas. Las emociones a flor de piel y las lágrimas que fluyen son por ella, que compone una Fantine inolvidable.
Los Miserables es una de las películas que ha dado mucho de qué hablar. Supongo que para mi gusto debió ser una película muchos más majestuosa y emotiva, pero tal vez por el hecho de que no soy tan afecto a los musicales no logro ver todas las maravillas que pudiera tener o simplemente mi óptica si logro ver sus propios defectos y por ello reniego un poco de ella. Aun así, y a pesar sus defectos, consigue emocionar, por lo cual ya vale la pena.
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