13 Conceptos e ideas humanas explicadas por el cine
El cine como una expresión artística del humano es uno de los vehículos ideales para explorar todos y cada uno de los aspectos de la humanidad. Así que la siguiente no es una lista de películas estrictamente religiosas, metafísicas o filosóficas, aunque todas ellas lo sean en cierta medida. Es una lista de películas sobre la humanidad y su sentir.
13.- Amor: Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos (Eternal Sunshine of the Spotless Mind)
Muchos creerán en la versión banal que muchas cintas “románticas” nos pretenden vender pero son pocas las películas que muestran al amor contemporáneo como un sentimiento trágico, desesperado y absoluto y es que el amor contemporáneo es torpe, infantiloide, egoísta, tiránico y atormentado, pero aun así es inocente y esperanzador. Y la película que expone tal visión del amor es Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos y es que la pareja protagonista vive momentos de inevitabilidad, arrebato, rutina, despecho, rompimiento y reconciliación: en pocas palabras es amor verdadero.
12.- Sueños y promesas: Up, Una Aventura de Altura (Up)
El ser testigos de una historia de amor del sobrio Carl y de la aventurera Ellie, de sus alegrías y de sus pérdidas, de su unión y de su separación, de arrancar por primera vez en su vida los pies del suelo y echarse a volar con sus sueños, esperanzas y promesas como acompañantes de viaje, son los momentos más conmovedores que he visto en mucho tiempo. Harían bien en ver Up con ojos de un adulto porque la lección que encierra merece la pena.
11.- Ilusión: La Isla Siniestra (Shutter Island)
La Isla Siniestra es el reverso oscuro del cuestionamiento de la realidad. Dada la posibilidad de elección, ¿quién no optaría por el engañoso consuelo de la locura frente a una realidad atroz?
10.- Arrepentimiento: Una Historia Sencilla (The Straight Story)
Tal vez estemos ante una de la película más malinterpretada de los últimos veinte años pues muchos cinéfilos creen que Una Historia Sencilla es una tierna fábula protagonizada por un abuelo entrañable que, tras avistar el final de sus días, decide recorrer centenares de kilómetros a bordo de una podadora para reconciliarse con su hermano. Pues no, en realidad es un retrato de un hombre atormentado por la culpa, un alcohólico que destrozó a su familia y provocó su desbandada. Un hombre que niega su pasado y que explica su historia, convenientemente mutilada de detalles claros, concretos e inculpatorios, a todos aquellos desconocidos con los que se encuentra. Y de ahí la ironía del título.
9.- Optimismo: El Último Camino (The Road)
La verdadera lectura de El Último Camino es el siguiente: Aun en un mundo cruel e inhumano, es posible encontrar minúsculos destellos de bondad. Hay un destello de luz en ese pozo de cenizas que resulta ser El Último Camino.
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8.- Principios morales: Conan, el Bárbaro (Conan the Barbarian, 1982)
¿Y si les digo que Conan el Bárbaro se alimenta del bushido (código ético samurái) y del concepto del Übermensch de Nietzsche? Créanlo o no Conan el Bárbaro se nutre de dichos conceptos de ética, tal vez resulte extraño esto, sobre todo para una trama donde un antiguo esclavo busca venganza en contra de quien le arrebato a sus seres queridos y cuya única forma de actuar es a través de la violencia. Pero si prestan atención a la lista se darán cuenta que muchos conceptos humanos lo podemos descubrir en las películas más insospechadas.
7.- Nihilismo: El Club de la Pelea (Fight Club)
¿Y si en algún momento de nuestra vida cuestionamos todo?, ¿negamos nuestra sociedad?, ¿desdeñamos de lo que es correcto o incorrecto y preferimos regresar a las reglas más básicas y brutales para la sociedad? Pues El Club de la Pelea apela a esta idea, en el que sólo a través de la negación se pueden romper esquemas e ideas preestablecidas.
6.- Humanidad: Blade Runner
En Blade Runner, los simbolismos abundan, Especialmente en el personaje de Roy Batty, un androide que se rebela en contra de su destino programado, de la arbitrariedad de su creador. Sólo para adquirir consciencia de la imposibilidad de escapar del destino programado para él y con ello encontrar lo que tanto busca: ser como los humanos, más bien obtener la humanidad que los caracteriza. ¿Y qué nos hace humanos? La empatía hacia los demás y nuestros recuerdos y vivencias que nadie más tendrá.
5.- Madurez: Belleza Americana (American Beauty)
En ocasiones es mejor tomar conciencia y desistir de perseguir los sueños para ser capaz de encontrar la belleza en todo lo que nos rodea. Es cierto, parece una frase promocional de un libro de autoayuda pero esta encierra una gran verdad.
4.- Voluntad: Gattaca: Experimento Genético (Gattaca)
Existen muchas películas donde la voluntad del ser humano ha sido tema principal a tratar pero Gattaca resulta ser la idónea. ¿Por qué? La batalla contra el determinismo biológico, batalla que puede (y debe) ser ganada. Simplemente por eso.
3.- Conocimiento: Hechizo de tiempo (Groundhog Day)
Es singular que una comedia incluya temas tan profundos como el que a vivir se aprende, ni el hedonismo, ni el nihilismo, ni el cinismo justifica nuestra existencia y la de que sólo mediante la renuncia a la batalla contra nuestras circunstancias se puede avanzar por el camino del conocimiento de uno mismo y de los demás. Y de ahí a la empatía, la sabiduría e incluso la felicidad. Es tan singular que resulta ser la película más humanista en el sentido más profundo del término que hay en esta lista.
2.- Capacidad de transformación: 2001: Odisea del Espacio (2001: A Space Odyssey)
Es difícil pensar en otra película que defienda tan explícitamente la idea de que el motor del progreso y la vía de acceso a estados evolutivos superiores no es otro que la inteligencia aplicado a todas las facetas humanas, incluso a la violencia misma.
1.- Dios: El Árbol de la Vida (The Tree of Life)
Vasta y oceánica, ninguna otra película ha reflexionado de una forma más exquisita sobre la verdadera naturaleza de Dios, ese Dios dual encarnado en una madre tierna, compasiva y de extraterrenal belleza y en un padre autoritario, feroz e inclemente, aunque justo y protector. Ambas partes forman la verdadera naturaleza de Dios, naturaleza que radica en la piedad, la compasión y la moralidad, la capacidad de elección entre el bien y el mal, el amor por un semejante, conceptos que nos permiten descubrir la huella de dios existente en cada ser humano. Todo ello mostrado de una forma tan sublime y mística, donde se expone que la belleza es uno de los posibles caminos hacia la divinidad.
Muchos creerán en la versión banal que muchas cintas “románticas” nos pretenden vender pero son pocas las películas que muestran al amor contemporáneo como un sentimiento trágico, desesperado y absoluto y es que el amor contemporáneo es torpe, infantiloide, egoísta, tiránico y atormentado, pero aun así es inocente y esperanzador. Y la película que expone tal visión del amor es Eterno Resplandor de una Mente sin Recuerdos y es que la pareja protagonista vive momentos de inevitabilidad, arrebato, rutina, despecho, rompimiento y reconciliación: en pocas palabras es amor verdadero.
El ser testigos de una historia de amor del sobrio Carl y de la aventurera Ellie, de sus alegrías y de sus pérdidas, de su unión y de su separación, de arrancar por primera vez en su vida los pies del suelo y echarse a volar con sus sueños, esperanzas y promesas como acompañantes de viaje, son los momentos más conmovedores que he visto en mucho tiempo. Harían bien en ver Up con ojos de un adulto porque la lección que encierra merece la pena.
La Isla Siniestra es el reverso oscuro del cuestionamiento de la realidad. Dada la posibilidad de elección, ¿quién no optaría por el engañoso consuelo de la locura frente a una realidad atroz?
Tal vez estemos ante una de la película más malinterpretada de los últimos veinte años pues muchos cinéfilos creen que Una Historia Sencilla es una tierna fábula protagonizada por un abuelo entrañable que, tras avistar el final de sus días, decide recorrer centenares de kilómetros a bordo de una podadora para reconciliarse con su hermano. Pues no, en realidad es un retrato de un hombre atormentado por la culpa, un alcohólico que destrozó a su familia y provocó su desbandada. Un hombre que niega su pasado y que explica su historia, convenientemente mutilada de detalles claros, concretos e inculpatorios, a todos aquellos desconocidos con los que se encuentra. Y de ahí la ironía del título.
La verdadera lectura de El Último Camino es el siguiente: Aun en un mundo cruel e inhumano, es posible encontrar minúsculos destellos de bondad. Hay un destello de luz en ese pozo de cenizas que resulta ser El Último Camino.
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¿Y si les digo que Conan el Bárbaro se alimenta del bushido (código ético samurái) y del concepto del Übermensch de Nietzsche? Créanlo o no Conan el Bárbaro se nutre de dichos conceptos de ética, tal vez resulte extraño esto, sobre todo para una trama donde un antiguo esclavo busca venganza en contra de quien le arrebato a sus seres queridos y cuya única forma de actuar es a través de la violencia. Pero si prestan atención a la lista se darán cuenta que muchos conceptos humanos lo podemos descubrir en las películas más insospechadas.
¿Y si en algún momento de nuestra vida cuestionamos todo?, ¿negamos nuestra sociedad?, ¿desdeñamos de lo que es correcto o incorrecto y preferimos regresar a las reglas más básicas y brutales para la sociedad? Pues El Club de la Pelea apela a esta idea, en el que sólo a través de la negación se pueden romper esquemas e ideas preestablecidas.
En Blade Runner, los simbolismos abundan, Especialmente en el personaje de Roy Batty, un androide que se rebela en contra de su destino programado, de la arbitrariedad de su creador. Sólo para adquirir consciencia de la imposibilidad de escapar del destino programado para él y con ello encontrar lo que tanto busca: ser como los humanos, más bien obtener la humanidad que los caracteriza. ¿Y qué nos hace humanos? La empatía hacia los demás y nuestros recuerdos y vivencias que nadie más tendrá.
En ocasiones es mejor tomar conciencia y desistir de perseguir los sueños para ser capaz de encontrar la belleza en todo lo que nos rodea. Es cierto, parece una frase promocional de un libro de autoayuda pero esta encierra una gran verdad.
Existen muchas películas donde la voluntad del ser humano ha sido tema principal a tratar pero Gattaca resulta ser la idónea. ¿Por qué? La batalla contra el determinismo biológico, batalla que puede (y debe) ser ganada. Simplemente por eso.
Es singular que una comedia incluya temas tan profundos como el que a vivir se aprende, ni el hedonismo, ni el nihilismo, ni el cinismo justifica nuestra existencia y la de que sólo mediante la renuncia a la batalla contra nuestras circunstancias se puede avanzar por el camino del conocimiento de uno mismo y de los demás. Y de ahí a la empatía, la sabiduría e incluso la felicidad. Es tan singular que resulta ser la película más humanista en el sentido más profundo del término que hay en esta lista.
Es difícil pensar en otra película que defienda tan explícitamente la idea de que el motor del progreso y la vía de acceso a estados evolutivos superiores no es otro que la inteligencia aplicado a todas las facetas humanas, incluso a la violencia misma.
Vasta y oceánica, ninguna otra película ha reflexionado de una forma más exquisita sobre la verdadera naturaleza de Dios, ese Dios dual encarnado en una madre tierna, compasiva y de extraterrenal belleza y en un padre autoritario, feroz e inclemente, aunque justo y protector. Ambas partes forman la verdadera naturaleza de Dios, naturaleza que radica en la piedad, la compasión y la moralidad, la capacidad de elección entre el bien y el mal, el amor por un semejante, conceptos que nos permiten descubrir la huella de dios existente en cada ser humano. Todo ello mostrado de una forma tan sublime y mística, donde se expone que la belleza es uno de los posibles caminos hacia la divinidad.
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