Dark Shadows: Sombra de Intención
Tim Burton siempre se ha caracterizado por una gran imaginación saturada de una visión gótica, humor oscuro propio de personajes estrafalarios e inadaptados, por lo que adaptar cinematográficamente la novela norteamericana Dark Shadows (Sombras Tenebrosas) de los setentas no es una sorpresa.
Finales del siglo XVIII, Barnabás Collins (Johnny Depp) es el hijo de un terrateniente que funda el pueblo de Collinsport. Barnabás se enamora de la bella Josette du Pres (Bella Heathcote) y rompe el corazón Angelique Bouchard (Eva Green), quien es una bruja. Y por despecho Angelique lanza una maldición que arrastra a su rival al suicidio, asesina a los Collins y convierte al joven en un vampiro que encierra en un ataúd. 200 años después, liberado por accidente, acude al llamado de la sangre. Se rencuentra con su heredad, ahora un lugar ruinoso, y sus disfuncionales descendientes: la matriarca Elizabeth Collins Stoddard (Michelle Pfeiffer), su alcohólico y desobligado hermano Roger (Jonny Lee Miller), su rebelde hija Carolyn (Chloë Grace Moretz), su sobrino David (Gulliver McGrath) y sus servidores la Dra. Julia Hoffman (Helena Bonham Carter) y Willie Loomis (Jackie Earle Haley). Así, el vampiro se propone devolver la gloria al patrimonio de su familia. Esto no es fácil, porque la malvada Angelique ha sobrevivido y establecido una poderosa empresa pesquera que ha devorado a sus competidores.
Tim Burton es un cineasta al que admiro sobremanera, casi al nivel del gran maestro Martín Scorsese, su estilo tanto narrativo como visual son cautivantes para mi persona por lo que saber que contaría una historia sobre vampiros, aun cuando en la actualidad se han sobrexpuesto y vulgarizado hasta el hartazgo, es algo refrescante. Y es que el protagonista Barnabás Collins, pese a su aspecto, es un vampiro como Dios manda: un depredador sin remordimientos.
Y para darle estructura a su obra cuenta con los guionistas John August y Seth Grahame-Smith quienes dotan de la trama de elementos de horror, comedia y drama romántico todo ello en torno a los integrantes de una familia muy peculiar. Parece que en este film quería contar tantas cosas y al final se quedo a medias tintas en todas. Aun cuando Barnabas Collins es el personaje principal, existen demasiados personajes y todos interesantes, en varios instantes se nos presentan como seres con dramas y sueños propios que nunca se ven propiamente desarrollados, además algunos de ellos sufren cambios tan repentinos y forzados que desconciertan y/o irritan al espectador o en su defecto apenas aparecen en escena.
A pesar de todo esto, el personaje de Johnny Depp es simplemente delicioso y muy gracioso al igual que la hermosa Michelle Pfeiffer como la digna señora de la casa que puede repartir bala si su familia esta en riesgo; una Eva Green preciosa y divertida; Chloë Moretz como la chiquilla rebelde y mal hablada que cuadra perfectamente en el Universo de Burton (un par de años más, un par de años más); por su parte, Helena Bonham-Carter, se suelta la melena y hace de la psiquiatra exótica.
Sombras Tenebrosas esta muy lejos de ser la mejor cinta del director, pero cuenta con todos los elementos característicos del mismo como parlamentos que retoman líneas de Batman Regresa y Gran pez, las imágenes extraídas de El Extraño Mundo de Jack, Ed Wood, Beetlejuice y de clásicas obras vampíricas como Nosferatu o Drácula, de Bram Stoker e incluso del memorable relato de Hermann Melville. Contando para ello con una espléndida fotografía de Bruno Delbonnel, el brillante diseño de arte de Chris Lowe, una banda sonora de Danny Elfman y el vestuario Coleen Atwood. Entre la banda sonora se incluyen temas como Nights in white satin de The Moody Blues, Top of the World de The Carpenters, You're the first, the last, my everything de Barry White, No more Mr. Nice Guy y Ballad of Dwight Fry de Alice Cooper.
Este es un film que me logro sacar algunas risas honestas. Los fanáticos de Burton lo amaran, el resto de los mortales le parecerá a lo mucho un entrenamiento regular aun así véanla y júzguenla ustedes mismos. Tal vez les parezca curiosa la comparación del director con un vampiro pero ambos se caracterizan por su capacidad de sobrevivir y emocionar a pesar de todo.
Finales del siglo XVIII, Barnabás Collins (Johnny Depp) es el hijo de un terrateniente que funda el pueblo de Collinsport. Barnabás se enamora de la bella Josette du Pres (Bella Heathcote) y rompe el corazón Angelique Bouchard (Eva Green), quien es una bruja. Y por despecho Angelique lanza una maldición que arrastra a su rival al suicidio, asesina a los Collins y convierte al joven en un vampiro que encierra en un ataúd. 200 años después, liberado por accidente, acude al llamado de la sangre. Se rencuentra con su heredad, ahora un lugar ruinoso, y sus disfuncionales descendientes: la matriarca Elizabeth Collins Stoddard (Michelle Pfeiffer), su alcohólico y desobligado hermano Roger (Jonny Lee Miller), su rebelde hija Carolyn (Chloë Grace Moretz), su sobrino David (Gulliver McGrath) y sus servidores la Dra. Julia Hoffman (Helena Bonham Carter) y Willie Loomis (Jackie Earle Haley). Así, el vampiro se propone devolver la gloria al patrimonio de su familia. Esto no es fácil, porque la malvada Angelique ha sobrevivido y establecido una poderosa empresa pesquera que ha devorado a sus competidores.
Tim Burton es un cineasta al que admiro sobremanera, casi al nivel del gran maestro Martín Scorsese, su estilo tanto narrativo como visual son cautivantes para mi persona por lo que saber que contaría una historia sobre vampiros, aun cuando en la actualidad se han sobrexpuesto y vulgarizado hasta el hartazgo, es algo refrescante. Y es que el protagonista Barnabás Collins, pese a su aspecto, es un vampiro como Dios manda: un depredador sin remordimientos.
Y para darle estructura a su obra cuenta con los guionistas John August y Seth Grahame-Smith quienes dotan de la trama de elementos de horror, comedia y drama romántico todo ello en torno a los integrantes de una familia muy peculiar. Parece que en este film quería contar tantas cosas y al final se quedo a medias tintas en todas. Aun cuando Barnabas Collins es el personaje principal, existen demasiados personajes y todos interesantes, en varios instantes se nos presentan como seres con dramas y sueños propios que nunca se ven propiamente desarrollados, además algunos de ellos sufren cambios tan repentinos y forzados que desconciertan y/o irritan al espectador o en su defecto apenas aparecen en escena.
A pesar de todo esto, el personaje de Johnny Depp es simplemente delicioso y muy gracioso al igual que la hermosa Michelle Pfeiffer como la digna señora de la casa que puede repartir bala si su familia esta en riesgo; una Eva Green preciosa y divertida; Chloë Moretz como la chiquilla rebelde y mal hablada que cuadra perfectamente en el Universo de Burton (un par de años más, un par de años más); por su parte, Helena Bonham-Carter, se suelta la melena y hace de la psiquiatra exótica.
Sombras Tenebrosas esta muy lejos de ser la mejor cinta del director, pero cuenta con todos los elementos característicos del mismo como parlamentos que retoman líneas de Batman Regresa y Gran pez, las imágenes extraídas de El Extraño Mundo de Jack, Ed Wood, Beetlejuice y de clásicas obras vampíricas como Nosferatu o Drácula, de Bram Stoker e incluso del memorable relato de Hermann Melville. Contando para ello con una espléndida fotografía de Bruno Delbonnel, el brillante diseño de arte de Chris Lowe, una banda sonora de Danny Elfman y el vestuario Coleen Atwood. Entre la banda sonora se incluyen temas como Nights in white satin de The Moody Blues, Top of the World de The Carpenters, You're the first, the last, my everything de Barry White, No more Mr. Nice Guy y Ballad of Dwight Fry de Alice Cooper.
Este es un film que me logro sacar algunas risas honestas. Los fanáticos de Burton lo amaran, el resto de los mortales le parecerá a lo mucho un entrenamiento regular aun así véanla y júzguenla ustedes mismos. Tal vez les parezca curiosa la comparación del director con un vampiro pero ambos se caracterizan por su capacidad de sobrevivir y emocionar a pesar de todo.
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