El Reino de Doña Macabra

Mictlan, Sheol, Hades, Abismo, Infierno. Inframundo... cualquiera de los nombres que tenga o de la cultura de la que se trate, siempre hemos conciderado un escenario a donde nuestra alma va después de que el cuerpo muere. Ya sea por nuestros errores o nuestras virtudes pero siempre se ha conciderado que en un punto y en otro plano debemos llegar.


Y es que desde el principio de nuestro días como humanidad nos cuestionamos sobre aquella chispa de vida que nos fue conferida por  algún ser superior, el Alma, el nombre que le damos a aquella vitalidad. un elemento encerrado en un cuerpo material, un recipiente provisional que una vez desgastado o roto, libera sus contenido dando pie a la muerte física. Por lo que hemos creado un culto hacia los muertos, donde los vivos y los que primeros en irse se interrelacionan. Nosotros visitamos sus tumbas, guardamos sus retratos y le hacemos ofrendas. En cambio, ellos, nos cuidan desde el lugar en que se encuentren, ya sea un lugar de descanso o de expiacion.

Pues bien, todos los pueblos tienen sus propias tradiciones, ya que el camino hacia el más allá es peligroso y difícil; algunos, los más primitivos, entierran algún animal guia para ayudar; otros, ponen pertenencias y algún objeto que pudiera ser útil para subsistir de una forma más cómoda, mientras tanto sus cuerpos los entierran, creman, momifican, se sumergen en agua o abandonan en algún peñasco; pero siempre acompañados de oraciones, cantos y plegarias para el libre transito del alma. El camino puede ser largo, sinuoso y oscuro; por lo que se necesita haber muerto con el corazón tranquilo para tener el animo de realizar tal odisea.

Todos realizan alguna ceremonia en el aniversario luctuoso, unos realizar alguna misa para rezar por el bien reposo del alma, otros exponen pertenencias u otros objetos del difunto, algunos otros pueblos realizan ofrendas en las que se pretende traer al menos por algunos minutos a este mundo el espíritu de ellos. 

Hay manuales adecuado: los Ars Moriendi, que proporcionan consejos útiles una vez llegado el momento. Los más conocidos son el Libro de los Muertos del antiguo Egipto y el Libro Tibetano de los Muerto. Existen tradiciones de personajes, cuya principal función es guiar a los muertos hacia aquel lugar. Psicopompo es el nombre de dichos personajes; cada cultura tiene características y nombres propios: Caronte, Hermes, Thot, La parca...

Pero tan antigua como la idea de morir es la de reencarnar, la idea de que cada persona puede irse y volver a nuestro mundo puede resultar fascinante, hoy nos odiamos o amamos, tal vez en algún momento anterior nos encontramos. la idea de la transmigración de almas se entiende bajo el concepto del Karma, donde se explica la inexorable ley de causa y efecto, en virtud de que cada uno de nuestros actos vuelve a nosotros. Por lo que nuestros actos en esta vida podrían dar resultados muy diferentes en nuestra reencarnación.

Al final solo nos queda el hecho de que nuestros muertos solo han dejado de ser visibles por nosotros, pero nos se han ausentado, ya que mientras los recordemos, tengamos alguna conexion emocional o simplemente veamos alguna facción física en alguno de sus parientes nos daremos cuenta que ellos no nos han abandonado del todo.

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