La Mejor Película de Gángsters


Por años se ha discutido sobre cual es la mejor película sobre gángsters realizada, sobre todo en los últimos años donde las mayores competidoras han sido El Padrino (The Godfather) y su secuela de Francis Ford Coppola y Buenos Muchachos (Goodfellas) de Martin Scorsese siendo la gran ganadora la mayoría de las veces la primera película. Pues esta muestra de cierta forma idealizada él como es  que ocurren los asuntos relacionados entre mafiosos: llenos de violencia, envidias y rencores guardados pero también con códigos de honor donde lo más sagrado por encima de todo el la familia dándole así un rasgo más humano la organización delictiva.



Pero al realidad es muy diferente, tal vez muchos gángsteres del mundo querrán ser como Michael Corleone o su padre Don Vito, personas carismáticas, educadas, refinadas, inteligentes y que se dan a respetar ante los demás con el simple hecho de dialogar un par de palabras, pero si esta disposición no funciona pueden descargar medidas violentas en contra de quienes no deseen escucharlos primero. Todo esto es solo fantasía pues la mayoría de los criminales de esta categoría proceden de barrios muy pobres donde la “única forma de sobrevivir” era delinquir pues el trabajo honesto era demasiado pesado y la paga era poca, mientras que delinquiendo se podía ganar mucho mejor y realizar actividades apenas laboriosas. A pesar alcanzar un estatus jerárquico dentro de la organización para la que trabajan siguen manteniendo rasgos pobres y nacos del lugar de donde procedieron, no importa la riqueza o el poder que sustenten no tienen maneras refinadas ni elegantes para con los demás siguen siendo hijos de pastores que de la noche a la mañana obtuvieron poder y dinero para derrochar en los vicios que gusten, sin contar que son pocos los que en realidad tiene la suficiente inteligencia, carisma y sabiduría para mantener por muchos años una posición de alta jerarquía dentro de su propia organización y prestigio y distinción para el resto de la sociedad donde trabaje.

Sin demeritar los demás aspectos de El Padrino y su secuela pues cuenta con una excelente historia, personajes, frases, música y demás detalles técnicos llevados excelentemente bien por su director Francis Ford Coppola; Buenos Muchachos es una mejor película sobre mafiosos pues nos muestra el mundo más brutal y realista, algo que apenas se da un vistazo en la obra de Francis Ford Coppola, Aquí las ofensas, traiciones y ejecuciones están a la orden del día, de las cuales apenas el resto de la población en la cual se lleva a cabo la historia se entera, en el que solo un puñado de personas maneja las apuestas ilegales, la venta de narcóticos, contrabando y robos quienes entre ellos se solapan y apoyan para seguir adelante. Además como lo mencione con anterioridad los integrantes de este selecto grupo de personas son nacos, majaderos, viciosos, embrutecidos y desmedidos al momento de hacer prevalecer su ley, la familia importa pero lo que más importa es su estilo de vida.

Incluso Karen, la esposa de Henry Hill nuestro protagonista, se queja de cómo las esposas de los demás mafiosos no saben vestirse ni comportarse, tienen malos modos, usan demasiado maquillaje y son incapaces de educar a sus hijos a pesar de golpearlos repetidas veces. El mismo Henry Hill procede de un ambiente de este tipo donde las palizas por parte de su padre le pretenden hacer entrar en razón y seguir una vida honesta pero provocan que él se convierta en un mafioso más, pues no importan las golpizas siempre que se obtenga dinero fácil y sin mucho esfuerzo.

En un inicio nuestro protagonista menciona que desde que lo recuerda siempre quiso ser gángster, idealizando un mundo violento pero con recompensas muy lucrativas y poderosas, pero que sin embargo por momentos se siente tentado a dejar todo para estar en paz. La violencia no trae nada bueno y menos si va acompañado de la delincuencia pues puedes terminar muerto como su amigo Tommy DeVito quien se convierte en difunto por haberse despachado al otro mundo a un alto jerarca de la sociedad de la que pertenecía; o presos como James 'Jimmy' Conway y Paul Cicero posteriormente de que Hill tuviera que convertirse en un testigo protegido por el gobierno después de que sus jefes le retiran su apoyo y confianza.

Pero como pocas historias el que en realidad sale perdiendo es el propio Henry Hill quien tiene que conformarse con una vida menos que común y corriente donde hasta ese momento se cuestiona si fue buena su decisión. El mismo lo menciona:
Anything I wanted was a phone call away. Free cars. The keys to a dozen hideout flats all over the city. I bet twenty, thirty grand over a weekend and then I'd either blow the winnings in a week or go to the sharks to pay back the bookies.


Didn't matter. It didn't mean anything. When I was broke, I'd go out and rob some more. We ran everything. We paid off cops. We paid off lawyers. We paid off judges. Everybody had their hands out. Everything was for the taking. And now it's all over.


And that's the hardest part. Today everything is different; there's no action... have to wait around like everyone else. Can't even get decent food - right after I got here, I ordered some spaghetti with marinara sauce, and I got egg noodles and ketchup. I'm an average nobody... Get to live the rest of my life like a schnook.
Pero al final reflexiona, o aparenta hacerlo al pensar que de lo contrario su gran amigo Tommy DeVito le hubiera vaciado las balas de un revolver antes de dejarlo hacer lo que hizo.

Es ahí donde radica el poder de Buenos Muchachos, nos muestra de forma desmitificada, real, cruel y brutal como se desenvuelven los mafiosos y demás personas dentro de su mundo y que poco o nada tiene que ver con los Corleone.

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