Miss Bala: Lo siento, ¿Usted Esta en Medio de Algo?
Laura Guerrero (Stephanie Sigman) es aspirante a modelo en el Concurso de Belleza Mis Baja California pero al encontrarse en un lugar y momento equivocado y cometer una serie de errores se ve involucrada con el narcotraficante Lino (Noé Hernández) quien decide usarla para sus propios fines, a cambio de ayudarla a cumplir su sueño. Y sin proponérselo Laura se sumerge en la corrupción, violencia y ambición del narcotráfico, mientras su vida sale de control.
Tomando como punto de partida la “anécdota” de Miss Sinaloa Gerardo Naranjo, y el coguionista Mauricio Katz, construyen la trama de Miss Bala sin caer en los conocidos excesos a los que cintas de su tipo recurren como el lenguaje excesivamente melodramático o en contraparte satírico, discursos panfletarios, morales, juiciosos o de denuncia que pretenden “enseñarnos” que el crimen no paga. Se enfoque principalmente en el personaje de Laura que ante la mala fortuna y la toma de decisiones apresuradas y equivocadas la sumergen sin querer en un mundo difícil de controlar, dichas situaciones no son imposibles pero su propia ignorancia, poca experiencia, poco sentido común y ambiciones que desea cumplir contribuyen a tropezarse con dicho mundo y evitan que salga de el de forma airada. Esta sencilla y realista óptica que emplea Naranjo de cómo nos podemos complicar la vida innecesariamente en una situación limite es la que diferencia la cinta de otros productos cinematográficos y televisivos que lamentablemente intentan de retratar la “realidad” del México contemporáneo.
Para lograr dicha imagen Naranjo recurre al director de fotografía Mátyás Erdély que usa la cámara de forma cruda, ágil, minimalista y por momentos sugestiva, lo cual en ocasiones parecieran que nos encontramos ante escenas de un documental más que de un drama, dichas tomas acentúan la zozobra de la protagonista y del público ante ciertas situaciones. Muchas de las secuencias podrían recordarnos a directores como Stanley Kubrick, Martin Scorsese o Michael Mann las cuales Naranjo maneja excelente como homenajes a ellos, sea su intención o no, que como un burdo y pretencioso plagio.
Por otra parte la actuación de Stephanie Sigman es un tanto irregular pues por momentos muestra su perturbadora impotencia ante lo que pasa al alrededor pero en otros tiene una actitud indiferente e inexpresiva. Mientras que Noé Hernández forja una presencia intimidante, sobria y realista como el violento y calculador Lino sin convertirse en un villano caricaturizado.
Por lo tanto Miss Bala merece mi entusiasta recomendación pues son pocas las veces en que una cinta mexicana causa un efecto de grata satisfacción y al mismo tiempo una sensación de “paranoica inquietud” y reflexión en mi persona, no es que sea malinchista y/o prejuicioso pero los algunos productos del cine nacional de los últimos años han dejado mucho que desear. No espero que Miss Bala revolucione el cine mexicano pero si deseo que hubiera más cintas tan bien elaboradas como esta.
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