Star Trek Into Darkness: Envueltos en la Negrura
La clásica saga de películas y serie de televisión Star Trek (Viaje a las Estrellas), creada por Gene Roddenberry, había caído en un estado tan lamentable que casi queda en el olvido hasta el 2009 cuando J. J. Abrams sorprendió a todos con Star Trek, hoy, intenta repetir la hazaña con la secuela Star Trek Into Darkness (En la Oscuridad Star Trek).
Después desobedecer órdenes durante una incursión planetaria, James T. Kirk (Chris Pine) es destituido del mando del U.S.S. Enterprise y degradado de rango, pero tras sendos ataques a las Instalaciones de la Federación de Planetas Unidos en Londres y San Francisco le es restituido el rango de Capitán de la Enterprise y es enviado en la búsqueda del responsable, John Harrison (Benedict Cumberbatch), ex agente de la Flota Espacial que ha entablado una guerra contra la organización desatando así un elaborado juego del gato y el ratón donde nadie está seguro.
J. J. Abrams arranca la cinta con un prólogo veloz, inmediato y provocador que logra fascinar y emocionar hasta al espectador más insensible, ya no digamos a los fanáticos de la ciencia ficción y del propio universo de Viaje a las Estrellas, si en español para los mayores de 35 años; dicho arranque es el típico comienzo del cine de acción, conectado y potenciado con el cine de ciencia ficción y aventuras. El brío mostrado en los primeros minutos jamás se pierde a lo largo de la trama y mantiene al espectador emocionado y atento a cada escena, escenas que combinan romance, comedia, drama y acción y que Abrams logra ensamblar de manera sublime. Y es que Abrams aprendió muy bien su oficio de director encantador de masas, logrando recrear escenas de acción y tensión con maestría sin llegar a excederse ni convertir la producción en un producto soso y odioso para el espectador. En pocas palabras doy gracias de que estamos ante lo que parece ser, y perdón por la comparación, el próximo Steven Spielberg.
Aun cuando el director se lleva las palmas por su trabajo con esta cinta también debemos reconocer que la magia de la trama es debido al grandioso libreto de la exitosa dupla integrada por Roberto Orci y Alex Kurtzman, respaldados por Damon Lindelof, quienes ofrecen una trama redonda, con mínimas fallas, emocionante y divertida, con unos inteligentes giros de tuerca y sorpresivas apariciones que envuelve a todos por igual, sin importar si se es un espectador casual el mayor de los trekkers. A pesar de mi adulación, tanto para el director como para los guionistas, debo evidenciar los defectos con los que cuenta la cinta, dichas fallas radican principalmente en que el libreto cuenta con pequeños y evidentes huecos argumentales, dichas fallas dan pie a pensar que mientras los guionistas intentaban desarrollar las secuencias de eventos ocurridos en la trama llegaron a un punto donde no supieron como finalizarlos sin llegar a enmarañar la trama y/o confundir al espectador. Fuera de eso, la película, por decir lo menos, es perfecta.
Por otra parte, hay que recalcar la madurez y maravilloso desarrollo de todos los personajes pricipales, los cuales cada uno y de forma individual tiene su momento de brillo dentro de la cinta entre estos están el Capitán Kirk (Chris Pine), su Primer Oficial Spock (Zachary Quinto), personajes que demuestran una profunda amistad, la Teniente Uhura (Zoe Saldana), el Jefe de Ingeniería “Scotty” Scott (Simon Pegg), el Jefe Médico “Bones” McCoy (Karl Urban), el Alférez Chekov (Anton Yelchin) y el Teniente Sulu (John Cho) y la Oficial Científica la Dra. Carol Marcus (Alice Eve). Pero quien en realidad se roba el espectáculo es Benedict Cumberbatch como el enigmático y peligroso John Harrison, un villano manipulador, inescrupuloso, despreciable e inmisericorde sobre todo ser viviente al que considere inferior. Su actuación es tan creíble que por momentos el espectador llega a caer en sus juegos mentales y manipulaciones.
En los aspectos técnicos del filme debo mencionar el gran diseño de arte, a cargo de Ramsey Avery, quien integra elementos futuristas y escenarios majestuosos tanto en planetas lejanos como en ciudades terrestres como Londres y San Francisco. Amén de los excelentes efectos especiales y la edición de sonido. Otro aspecto a remarcar es el excelente trabajo de Michael Giacchino, cuya música embona a la perfección con la cinta.
Pocas veces las secuelas igualan o son superiores a la cinta original y En la Oscuridad Star Trek ocupa un lugar entre las mejores secuelas del cine pues cuenta con la espectacularidad, la emoción, la acción, un extraordinario argumento, grandes personajes y, sobretodo, un villano inolvidable, elementos con los que muchas de estas secuelas cuentan. Mientras que en las salas se presentan cintas de acción y aventuras banales, empalagosas y mareadoras y sin sentido de la emoción Abrams nos entrega una cinta que deja una experiencia cinematográfica tan maravillosa que todos saldrán con una sonrisa de la sala de cine.
Después desobedecer órdenes durante una incursión planetaria, James T. Kirk (Chris Pine) es destituido del mando del U.S.S. Enterprise y degradado de rango, pero tras sendos ataques a las Instalaciones de la Federación de Planetas Unidos en Londres y San Francisco le es restituido el rango de Capitán de la Enterprise y es enviado en la búsqueda del responsable, John Harrison (Benedict Cumberbatch), ex agente de la Flota Espacial que ha entablado una guerra contra la organización desatando así un elaborado juego del gato y el ratón donde nadie está seguro.
J. J. Abrams arranca la cinta con un prólogo veloz, inmediato y provocador que logra fascinar y emocionar hasta al espectador más insensible, ya no digamos a los fanáticos de la ciencia ficción y del propio universo de Viaje a las Estrellas, si en español para los mayores de 35 años; dicho arranque es el típico comienzo del cine de acción, conectado y potenciado con el cine de ciencia ficción y aventuras. El brío mostrado en los primeros minutos jamás se pierde a lo largo de la trama y mantiene al espectador emocionado y atento a cada escena, escenas que combinan romance, comedia, drama y acción y que Abrams logra ensamblar de manera sublime. Y es que Abrams aprendió muy bien su oficio de director encantador de masas, logrando recrear escenas de acción y tensión con maestría sin llegar a excederse ni convertir la producción en un producto soso y odioso para el espectador. En pocas palabras doy gracias de que estamos ante lo que parece ser, y perdón por la comparación, el próximo Steven Spielberg.
Aun cuando el director se lleva las palmas por su trabajo con esta cinta también debemos reconocer que la magia de la trama es debido al grandioso libreto de la exitosa dupla integrada por Roberto Orci y Alex Kurtzman, respaldados por Damon Lindelof, quienes ofrecen una trama redonda, con mínimas fallas, emocionante y divertida, con unos inteligentes giros de tuerca y sorpresivas apariciones que envuelve a todos por igual, sin importar si se es un espectador casual el mayor de los trekkers. A pesar de mi adulación, tanto para el director como para los guionistas, debo evidenciar los defectos con los que cuenta la cinta, dichas fallas radican principalmente en que el libreto cuenta con pequeños y evidentes huecos argumentales, dichas fallas dan pie a pensar que mientras los guionistas intentaban desarrollar las secuencias de eventos ocurridos en la trama llegaron a un punto donde no supieron como finalizarlos sin llegar a enmarañar la trama y/o confundir al espectador. Fuera de eso, la película, por decir lo menos, es perfecta.
Por otra parte, hay que recalcar la madurez y maravilloso desarrollo de todos los personajes pricipales, los cuales cada uno y de forma individual tiene su momento de brillo dentro de la cinta entre estos están el Capitán Kirk (Chris Pine), su Primer Oficial Spock (Zachary Quinto), personajes que demuestran una profunda amistad, la Teniente Uhura (Zoe Saldana), el Jefe de Ingeniería “Scotty” Scott (Simon Pegg), el Jefe Médico “Bones” McCoy (Karl Urban), el Alférez Chekov (Anton Yelchin) y el Teniente Sulu (John Cho) y la Oficial Científica la Dra. Carol Marcus (Alice Eve). Pero quien en realidad se roba el espectáculo es Benedict Cumberbatch como el enigmático y peligroso John Harrison, un villano manipulador, inescrupuloso, despreciable e inmisericorde sobre todo ser viviente al que considere inferior. Su actuación es tan creíble que por momentos el espectador llega a caer en sus juegos mentales y manipulaciones.
En los aspectos técnicos del filme debo mencionar el gran diseño de arte, a cargo de Ramsey Avery, quien integra elementos futuristas y escenarios majestuosos tanto en planetas lejanos como en ciudades terrestres como Londres y San Francisco. Amén de los excelentes efectos especiales y la edición de sonido. Otro aspecto a remarcar es el excelente trabajo de Michael Giacchino, cuya música embona a la perfección con la cinta.
Pocas veces las secuelas igualan o son superiores a la cinta original y En la Oscuridad Star Trek ocupa un lugar entre las mejores secuelas del cine pues cuenta con la espectacularidad, la emoción, la acción, un extraordinario argumento, grandes personajes y, sobretodo, un villano inolvidable, elementos con los que muchas de estas secuelas cuentan. Mientras que en las salas se presentan cintas de acción y aventuras banales, empalagosas y mareadoras y sin sentido de la emoción Abrams nos entrega una cinta que deja una experiencia cinematográfica tan maravillosa que todos saldrán con una sonrisa de la sala de cine.
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