Wall Street: Money Never Sleeps: Money, money, money

El director Oliver Stone siempre se ha caracterizado por ser un crítico del "Sueño Americano" y parte de esta crítica la hizo con Wall Street (El Poder y La Avaricia) de 1987. Película con la cual Michael Douglas obtuvo el Oscar como Mejor Actor personificando a Gordon Gekko que se convirtió en un modelo a seguir en el mundo financiero. Ahora 23 años después llega la secuela Wall Street: Money Never Sleeps (Wall Street: El dinero nunca duerme).

Un joven idealista, Jake Moore (Shia LaBeouf), de Wall Street busca la ayuda de Gordon Gekko (Michael Douglas), quien recién salió de la cárcel, para encontrar la forma de tomar venganza en contra de un inversionista, a cambio Jake deberá hacer lo posible de que Gordon se reconcilie con su hija Winnie (Carey Mulligan).

Como se mencionó con anterioridad, Oliver Stone en casi todas sus películas ha sido un critico de la Sociedad Americana Moderna, donde lo mismo se enjuicia la hipocresía, el deshumanización de la guerra, los valores retorcidos, la avaricia y demás; Y en esta secuela este tipo de critica no se hace esperar, por un lado tenemos a los empresarios e inversionistas que piden y piden dinero al gobierno, a otros inversionistas, bancos, etc. pero si las cosas salen realmente mal ellos de cierta forma se "lavan las manos" y dicen no "fue mi culpa pero denme más". Sin contar de que muchas veces sus decisiones se basan en especulaciones y suposiciones sobre los bienes materiales que una vez alcanzado un alto valor monetario terminan por caer estrepitosamente los precios alcanzados provocando que todo el dinero invertido se convierto en un montón de deudas. Parte de eso se critica en la cinta pero también la avaricia que alcanzan las personas que tienen cierto poder, no importan los medios solo el fin alcanzado. En torno a esto varios de los personajes se especializan, no importan lo que pretendan demostrar, son los mismos depredadores financieros de siempre pero al final saldrán perdiendo algo más que lo material.

Un punto clave de la película es que contiene mucha información financiera, el publico en general podrá no encontrarle razón a esta y tal vez no logre entender cada concepto que se maneja pero aun así es una película que debe de verse para comprender, al menos de manera muy superficial los movimientos y transacciones bursátiles.

La actuación de Michael Douglas es impecable, no perfecta pero impecable, sabe como manejar el personaje de Gekko y logra transmitir al espectador sentimientos encontrados sobre su condición redentora, Carey Mulligan también nos trae una actuación estupenda como la hija de Gordon, mención especial a Eli Wallach y Frank Langella por sus actuaciones, aunque cortas bien realizadas. El único inconveniente es Shia LaBeouf quien no termina por gustarme como actúa, no es que sea del todo malo pero le falta cierta madurez actoral, pero espero que se esfuerce cada vez más y nos demuestre lo contrario.

Un punto importante es la música de Brian Eno que juega un papel importante dentro de la película, también hay que destacar la edición de la cinta por parte de David Brenner y Julie Monroe quienes usaron elementos muy característicos de hace 15 o 20 años que muchos verán con cierta perspicacia pero que funcionan bien.

Véanla si en algún momento tienen curiosidad sobre la economía y los pecados capitales, en este caso legales, que pululan en cada persona inmiscuida en el negocio.

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