Ociosos por Naturaleza

Nuestra naturaleza comprende varias virtudes, o defectos según se quiera visualizar, uno de los más trascendentales es la ociosidad, dejemos de lado la clásica referencia de que el ocioso es aquel que pierde su tiempo, es inútil y solo realiza tareas repetitivas sin resultado palpables ya que gracias a esta capacidad hemos cimentado y trasformado la ciencia, medicina, religión, todo aquello que la mente humana es capaz de imaginar pero también es el delicioso placer de disfrutar la vida, ser un sibarita y prepararse para futuras creaciones. Incluso una ONG como World Leisure and Recreation Association (WLRA) se especializa en estudiar y fomentar las bondades del ocio, el cual define como: “Un área especifica de la experiencia humana con beneficios propios, incluyendo la libertad de elección, creatividad, satisfacción, placer y felicidad… Además de ser un derecho humano básico igual a la educación, el trabajo y la salud, y nadie debería estar privado de este por su genero, orientación sexual, edad, raza, religión, credo, estado de salud, discapacidad o condición económica”. Asimismo el investigador estadounidense Christopher R. Ednington define al ocio como “Un espacio multidimensional en el que uno se siente relativamente libre de trabas, tiene un impulso positivo”.

El ocio en apariencia es más complicado de lo que aparenta. Por principio de cuentas se puede clasificar por 2 tipos: El casual que se refiere a placeres a corto plazo como jugar, leer o divertirse momentáneamente y El serio puede tomarse como la base del altruismo, personas con suficiente tiempo libre como para ayudar a su prójimo. Pero también el ocio puede funcionar como indicador de vida y una forma de manifestación cultural luego que nos permita movernos con libertad, nos proporciona felicidad aun cuando esta es a corto plazo por que tenemos el control de nuestras acciones de que hacer y decidir sobre nuestro tiempo libre siempre y cuando estas no afecten a terceros, algo que difícilmente se puede lograr en cuestiones laborales u hogareñas.

Aunque claro para conseguir tal beneficio hay que cubrir una serie de necesidades básicas como el alimento, la vivienda, la sustentación económica, etcétera. Y también paz mental pues cuando los problemas nos aquejan es cuando menos tiempo tenemos para nosotros mismos y las actividades que pueden ayudarnos a mejorar; la falta de dinero, de tiempo, de habilidades, de cultural general, problemas personales, de actitud, de comunicación interpersonal y/o problemas de salud son solo algunos de los obstáculos a vencer, sencillamente la cantidad de horas de trabajo semanales ronda aproximadamente en las 50 horas, cuando por ley están estipuladas 40 dando poco margen a nuestro tiempo libre, muchos lo llamaran eficiencia o “adicción al trabajo” pero ¿Esto recompensa nuestra calidad de vida? Y de ser cierto ¿Hasta que punto sin perjudicarnos?

Ese es el poder del “buen ocio” aquel que permite relajar la mente y el cuerpo para poder rendir mejor en un trabajo determinado y tener ideas claras y concisas sobre nosotros mismos y nuestro ambiente, saber hacia donde nos encaminamos y como podemos resolver de manera más óptima posible nuestros problemas. Leer un libro de ficción, charlar de forma amena con amigos, ver televisión, tener sexo con tu pareja, hacer “lucha de dedos” después de un largo día de trabajo, jugar en la consola de videojuegos, ver una buena película, estar conectado a la Web vía Facebook, Twitter, Messenger, etc. Todo esto hecho con la mayor libertad posible y en el que todas y cada una de estas actividades ofrecen además de una válvula de escape de nuestra rutina diaria un aprendizaje a través del entretenimiento en donde uno como individuo puede aprender de muchos temas igualmente regenera el estado de animo, sobre todo después de la carga de estrés que manejamos diariamente, y desarrolla y mantiene las relaciones interpersonales y esto puede llevarnos al siguiente paso o sea el “Ocio serio” donde tenemos suficiente tiempo y donde las preocupaciones diarias han disminuido a tal punto de sentir una satisfacción tan profunda que uno mismo desea adquirir nuevas habilidades conocimientos y expresar la sabiduría adquirida con anterioridad. Nuestro lado más creativo surge bajo esta condición.

Pero no todo esta dotado de hermosura en el paraíso pues si es llevado al extremo se puede desbalancear otras aéreas de la vida como por ejemplo el trabajo, ocasionando el aburrimiento e ideas erróneas sobre nuestro crecimiento integral como personas como por ejemplo mostramos tendencias vandálicas, delincuencia, uso y abuso de drogas y/o alcohol, obesidad mórbida y conductas reprochables y compulsivas, además de provocar desidia y depresión. No caigamos en este círculo vicioso que a la larga nos traerá más problemas que satisfacciones.

Examinemos la forma de mantener en orden nuestro entorno, nuestra humanidad y nos daremos cuenta que seremos más felices y mejores cada día. Trabajemos duro para que nada nos falte y busquemos el tiempo necesario para nosotros, después de todo somos ociosos por naturaleza.

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