The Adjustment Bureau: Solo Personal Autorizado
Basándose en el cuento corto Adjustment Team de Philip K. Dick el guionista y ahora director George Nolfi nos presenta The Adjustment Bureau (Los Agentes del Destino) con la participación de Matt Damon y Emily Blunt.
En vísperas de su elección como Senador de los E.U. el político David Norris (Matt Damon) conoce a la ballerina Elise Sellas (Emily Blunt) de la cual queda irremediablemente enamorado, pero un grupo de misteriosos agentes, los cuales tienen la capacidad de alterar los eventos y realidades que conciernen a ciertas personas y al “plan” que se tiene para ellas, le impondrán trabas para evitar que ambos tengan una relación amorosa por lo que Norris buscara la forma de superar todo lo que se interponga a su paso y tener el amor de Elise.
La trama maneja elementos metafísicos como el libre albedrio y su manejo no tan libre, la existencia de un “plan divino” y como muchas veces las coincidencias, accidentes y azares no son del todo arbitrarios, sino más bien son obra de El Buro de Ajustes, de ahí el nombre original de la película, una “agencia” con capacidades “mágicas/fantásticas/tecnológicas” tan avanzadas que pueden detener momentáneamente el tiempo para modificar la conducta de una persona o simplemente causar un incidente que provoque un cambio de dirección de dicha persona, todo ello para evitar que el hombre y la sociedad que a construido se derrumben a las primeras de cambio. Elementos que no nos entrega respuestas definitivas y opta por señalar pensamientos divergentes para que cada quien saque sus propias conclusiones, manejándose dentro de todo un balance entre lo evidente y lo implícito que podría dejar igualmente satisfechos a quienes solo buscan un rato de suspenso, romance y aventura como a quienes deseen analizar a profundidad los conceptos detrás de la historia.
Además todo se desarrolla dentro de una historia de amor sincera, intensa y creíble donde los implicados, David Norris (Matt Damon) y Elise Sellas (Emily Blunt), deberán de luchas por su amor y felicidad a pesar de ir en contra del “plan divino”. Por momentos nos cuestionaremos esas increíbles coincidencias (Deux Ex Machina) que les ocurren a la pareja pero debemos recordad que incluso en la vida real puede llegar a darse, o al menos en algunas ocasiones. Es por esta vertiente por la que se desplaza la historia y deja un poco de lado los elementos metafísicos, incluso en ocasiones la misma historia de amor toma soluciones demasiado sencillas para la clase de tema que tiene de trasfondo.
Aun con este problema a cuestas, el director George Nolfi logra sacar adelante su opera prima y nos entrega un trabajo de calidad; por otra parte tanto Matt Damon como Emily Blunt logran convencer con sus actuaciones que son una pareja de enamorados que harán todo lo posible para sacar adelante su amor.
Al final de cuentas tenemos una historia de amor, aunque previsible, genuina y nada cursi que deja de lado la ciencia ficción que pretendía retratar, algunos se sentirán desilusionados. Tal vez no sea un clásico pero si una buena película para ver y disfrutar, y por que no, cuestionarnos un poco sobre si nuestras decisiones son propiamente nuestras.
En vísperas de su elección como Senador de los E.U. el político David Norris (Matt Damon) conoce a la ballerina Elise Sellas (Emily Blunt) de la cual queda irremediablemente enamorado, pero un grupo de misteriosos agentes, los cuales tienen la capacidad de alterar los eventos y realidades que conciernen a ciertas personas y al “plan” que se tiene para ellas, le impondrán trabas para evitar que ambos tengan una relación amorosa por lo que Norris buscara la forma de superar todo lo que se interponga a su paso y tener el amor de Elise.
La trama maneja elementos metafísicos como el libre albedrio y su manejo no tan libre, la existencia de un “plan divino” y como muchas veces las coincidencias, accidentes y azares no son del todo arbitrarios, sino más bien son obra de El Buro de Ajustes, de ahí el nombre original de la película, una “agencia” con capacidades “mágicas/fantásticas/tecnológicas” tan avanzadas que pueden detener momentáneamente el tiempo para modificar la conducta de una persona o simplemente causar un incidente que provoque un cambio de dirección de dicha persona, todo ello para evitar que el hombre y la sociedad que a construido se derrumben a las primeras de cambio. Elementos que no nos entrega respuestas definitivas y opta por señalar pensamientos divergentes para que cada quien saque sus propias conclusiones, manejándose dentro de todo un balance entre lo evidente y lo implícito que podría dejar igualmente satisfechos a quienes solo buscan un rato de suspenso, romance y aventura como a quienes deseen analizar a profundidad los conceptos detrás de la historia.
Además todo se desarrolla dentro de una historia de amor sincera, intensa y creíble donde los implicados, David Norris (Matt Damon) y Elise Sellas (Emily Blunt), deberán de luchas por su amor y felicidad a pesar de ir en contra del “plan divino”. Por momentos nos cuestionaremos esas increíbles coincidencias (Deux Ex Machina) que les ocurren a la pareja pero debemos recordad que incluso en la vida real puede llegar a darse, o al menos en algunas ocasiones. Es por esta vertiente por la que se desplaza la historia y deja un poco de lado los elementos metafísicos, incluso en ocasiones la misma historia de amor toma soluciones demasiado sencillas para la clase de tema que tiene de trasfondo.
Aun con este problema a cuestas, el director George Nolfi logra sacar adelante su opera prima y nos entrega un trabajo de calidad; por otra parte tanto Matt Damon como Emily Blunt logran convencer con sus actuaciones que son una pareja de enamorados que harán todo lo posible para sacar adelante su amor.
Al final de cuentas tenemos una historia de amor, aunque previsible, genuina y nada cursi que deja de lado la ciencia ficción que pretendía retratar, algunos se sentirán desilusionados. Tal vez no sea un clásico pero si una buena película para ver y disfrutar, y por que no, cuestionarnos un poco sobre si nuestras decisiones son propiamente nuestras.
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