Chronicle: ¡Un Chico Podría Acostumbrarse a Esto!
El guionista Max Landis y el director Josh Trank recurren a la estética del found footage film para contar una historia sobre los súper héroes y la responsabilidad que tiene con sus poderes en Chronicle (Poder Sin Límites).
Andrew Detmer (Dane DeHaan) es un joven tímido y retraído, que sufre abusos constantes por parte de sus compañeros de escuela y padre alcohólico; que toma una cámara de video, con la cual graba constantemente su vida. Su único amigo es su primo Matt (Alex Russell), quien trata sinceramente de ayudarlo a ser más sociable y llevar una vida más normal. Y Steve Montgomery (Michael B. Jordan) es el deportista popular que todos admiran. Pero la vida de ellos cambia una noche cuando descubren una caverna que emite una extraña radiación que les da poderes. Mientras van descubriendo como manejar sus nuevos poderes Andrew empieza a buscar la forma de sacar provecho de ellos para hacer pagar a aquellos que tanto lo molestan.
Con la actual tendencia de retratar a los súper héroes de forma más realista, recordemos Kick-Ass podríamos catalogar a Poder Sin Límites dentro de esta categoría pero el director Josh Trank y el guionista Max Landis, hijo del legendario John Landis, utilizan la cinta como vehículo para explorar que los poderes de los protagonistas son el catalizador de su crecimiento emocional, y como estos tienen un efecto distinto dadas las circunstancias personales. Lo cual la frase de "Con gran poder viene gran responsabilidad" se hace valida pues al carecer de la experiencia y por consiguiente sabiduría necesaria para manejar adecuadamente estos poderes lleva a cada uno de ellos a tomar decisiones erróneas, principalmente al atormentado de Andrew. Aun así Max Landis se limita al exponer la ira que lleva al protagonista Andrew a cobrarse de una vez por todas las ofensas acaecidas hacia su persona convirtiéndolo en un personaje insípido y lastimero, pues cualquier otro adolecente resentido-sociópata hubiera mostrado más malicia e ingenio en sus actos de “venganza”.
Independientemente de lo anterior el director Josh Trank hace un trabajo dinámico al utilizar supuestos vídeos tomados por reporteros, la milicia y demás tomas proporcionadas tanto por el protagonista como por personajes secundarios que pueblan la trama, el inconveniente es cuando posiciona la cámara en lugares inadecuados y/o en momentos inverosímiles simplemente para dar continuidad a la cinta, dicho error no es el peor de los pecados pero si le resta “credibilidad” a la cinta.
Aun con su corta duración y con lo criticado en los párrafos que anteceden puedo dar una grata recomendación a esta película, tanto para fans del melodrama juvenil como del popular género de súper héroes.
Andrew Detmer (Dane DeHaan) es un joven tímido y retraído, que sufre abusos constantes por parte de sus compañeros de escuela y padre alcohólico; que toma una cámara de video, con la cual graba constantemente su vida. Su único amigo es su primo Matt (Alex Russell), quien trata sinceramente de ayudarlo a ser más sociable y llevar una vida más normal. Y Steve Montgomery (Michael B. Jordan) es el deportista popular que todos admiran. Pero la vida de ellos cambia una noche cuando descubren una caverna que emite una extraña radiación que les da poderes. Mientras van descubriendo como manejar sus nuevos poderes Andrew empieza a buscar la forma de sacar provecho de ellos para hacer pagar a aquellos que tanto lo molestan.
Con la actual tendencia de retratar a los súper héroes de forma más realista, recordemos Kick-Ass podríamos catalogar a Poder Sin Límites dentro de esta categoría pero el director Josh Trank y el guionista Max Landis, hijo del legendario John Landis, utilizan la cinta como vehículo para explorar que los poderes de los protagonistas son el catalizador de su crecimiento emocional, y como estos tienen un efecto distinto dadas las circunstancias personales. Lo cual la frase de "Con gran poder viene gran responsabilidad" se hace valida pues al carecer de la experiencia y por consiguiente sabiduría necesaria para manejar adecuadamente estos poderes lleva a cada uno de ellos a tomar decisiones erróneas, principalmente al atormentado de Andrew. Aun así Max Landis se limita al exponer la ira que lleva al protagonista Andrew a cobrarse de una vez por todas las ofensas acaecidas hacia su persona convirtiéndolo en un personaje insípido y lastimero, pues cualquier otro adolecente resentido-sociópata hubiera mostrado más malicia e ingenio en sus actos de “venganza”.
Independientemente de lo anterior el director Josh Trank hace un trabajo dinámico al utilizar supuestos vídeos tomados por reporteros, la milicia y demás tomas proporcionadas tanto por el protagonista como por personajes secundarios que pueblan la trama, el inconveniente es cuando posiciona la cámara en lugares inadecuados y/o en momentos inverosímiles simplemente para dar continuidad a la cinta, dicho error no es el peor de los pecados pero si le resta “credibilidad” a la cinta.
Aun con su corta duración y con lo criticado en los párrafos que anteceden puedo dar una grata recomendación a esta película, tanto para fans del melodrama juvenil como del popular género de súper héroes.
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