John Carter: Él nos dio Esperanza
La Casa Disney apuesta todo al adaptar cinematográficamente el épico libro A Princess of Mars de Edgar Rice Burroughs que cumple 100 años de existencia bajo el nombre John Carter (John Carter: Entre Dos Mundos). Y para ello cuenta con Andrew Stanton en la silla de director, lo cual hace de esta cinta la ópera prima en live-action.
El Capitán de Caballería John Carter (Taylor Kitsch) es un ex-soldado de la Guerra de Secesión que por razones misteriosas aparece en Marte (conocido por sus habitantes como Barsoom) y se ve envuelto en una guerra interracial en la que tienen que ver marcianos humanos de distintos bandos y una raza denominada Tharks. En su camino se encuentra con Dejah Thoris (Lynn Collins), una princesa de Marte que intentara convencer a Carter para ayudarla a detener la guerra que aflige al planeta.
Lo curioso de la trama es que desde el principio puede parecer trillada, y tal vez un claro plagio a tramas anteriormente vistas como por ejemplo La Guerra de las Galaxias, Avatar o, perdonen la comparativa, El Señor de los Anillos pero esto es así porque estas obras de fantasía y de ciencia ficción llevan mucho tiempo tomando elementos de la novela de Edgar Rice Burroughs.
Dejando un poco de lado la originalidad del libreto, este intenta abarcar todos los elementos descritos por su fuente de una sola vez y por ello nos encontramos ante una saturación de personajes, culturales raciales, y demás elementos clásicos de una obra literaria de corte épico, por momentos nos podemos encontrar perdidos entre la mitología de "Barsoom", las intrigas geo-políticas, las motivaciones de los villanos, las alianzas estratégicas y el ligeramente forzado romance entre Carter y Dejah Toris. Todo ocurre muy rápido y no se da una explicación plausible a las acciones de los personajes principales, ya no mencionemos a los secundarios, además que algunos eventos se resuelven de forma precipitada. En pocas palabras el guión abarca más de lo que es posible y podría dejar insatisfecho a más de un espectador.
En un reglón aparte tenemos los efectos visuales, en su mayoría son formidables pues logran un alto nivel de realismo. De igual forma, al haber filmado en locaciones reales y darles ese look de ciencia ficción con efectos en post-producción, los escenarios son impresionantes y se sienten verdaderos en la mayoría de los casos. Además hay que reconocerle a la producción su acierto al usar elementos del género steam-punk para la plasmar en pantalla el tipo de tecnología que utilizan por los habitantes de Barsoom.
Las actuaciones de Taylor Kitsch y Lynn Collins son agradables, tanto por su físico como por el nivel de actuaciones por parte de ellos, aquí ambos brillan dentro de sus personajes. Por otra parte lado, Mark Strong empieza a encasillarse en papeles de villano, lo cual no es desagradable, sólo que me gustaría verlo en otros roles. Pero quien en verdad es la estrella de esta cinta es su director, Andrew Stanton quien sale airoso en su primera incursión en Live-Action, pues los años y los conocimientos adquiridos mientras fungió como director cinematográfico en Pixar le ayudaron enormemente en esta ocasión. Por su parte, el score de Michael Giacchino es fenomenal y adecuado para la cinta épica.
La buena noticia es que Disney logró con John Carter: Entre Dos Mundos una película lo suficientemente entretenida para todo público y capaz de pelear un lugar dentro de las ya consagradas cintas épicas que muchos de nosotros idolatramos y veneramos.
El Capitán de Caballería John Carter (Taylor Kitsch) es un ex-soldado de la Guerra de Secesión que por razones misteriosas aparece en Marte (conocido por sus habitantes como Barsoom) y se ve envuelto en una guerra interracial en la que tienen que ver marcianos humanos de distintos bandos y una raza denominada Tharks. En su camino se encuentra con Dejah Thoris (Lynn Collins), una princesa de Marte que intentara convencer a Carter para ayudarla a detener la guerra que aflige al planeta.
Lo curioso de la trama es que desde el principio puede parecer trillada, y tal vez un claro plagio a tramas anteriormente vistas como por ejemplo La Guerra de las Galaxias, Avatar o, perdonen la comparativa, El Señor de los Anillos pero esto es así porque estas obras de fantasía y de ciencia ficción llevan mucho tiempo tomando elementos de la novela de Edgar Rice Burroughs.
Dejando un poco de lado la originalidad del libreto, este intenta abarcar todos los elementos descritos por su fuente de una sola vez y por ello nos encontramos ante una saturación de personajes, culturales raciales, y demás elementos clásicos de una obra literaria de corte épico, por momentos nos podemos encontrar perdidos entre la mitología de "Barsoom", las intrigas geo-políticas, las motivaciones de los villanos, las alianzas estratégicas y el ligeramente forzado romance entre Carter y Dejah Toris. Todo ocurre muy rápido y no se da una explicación plausible a las acciones de los personajes principales, ya no mencionemos a los secundarios, además que algunos eventos se resuelven de forma precipitada. En pocas palabras el guión abarca más de lo que es posible y podría dejar insatisfecho a más de un espectador.
En un reglón aparte tenemos los efectos visuales, en su mayoría son formidables pues logran un alto nivel de realismo. De igual forma, al haber filmado en locaciones reales y darles ese look de ciencia ficción con efectos en post-producción, los escenarios son impresionantes y se sienten verdaderos en la mayoría de los casos. Además hay que reconocerle a la producción su acierto al usar elementos del género steam-punk para la plasmar en pantalla el tipo de tecnología que utilizan por los habitantes de Barsoom.
Las actuaciones de Taylor Kitsch y Lynn Collins son agradables, tanto por su físico como por el nivel de actuaciones por parte de ellos, aquí ambos brillan dentro de sus personajes. Por otra parte lado, Mark Strong empieza a encasillarse en papeles de villano, lo cual no es desagradable, sólo que me gustaría verlo en otros roles. Pero quien en verdad es la estrella de esta cinta es su director, Andrew Stanton quien sale airoso en su primera incursión en Live-Action, pues los años y los conocimientos adquiridos mientras fungió como director cinematográfico en Pixar le ayudaron enormemente en esta ocasión. Por su parte, el score de Michael Giacchino es fenomenal y adecuado para la cinta épica.
La buena noticia es que Disney logró con John Carter: Entre Dos Mundos una película lo suficientemente entretenida para todo público y capaz de pelear un lugar dentro de las ya consagradas cintas épicas que muchos de nosotros idolatramos y veneramos.
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