Haywire: Retribución Furiosa

Steven Soderbergh toma el ya clásico argumento donde un agente secreto es traicionado por sus propios superiores por lo cual debe tomar cartas en el asunto y esclarecer la maraña de mentiras y secretos y hacerles pagar por ello en su más reciente cinta Haywire (Agentes Secretos).

Mallory Kane (Gina Carano), una de las mejores agentes que trabaja para una misteriosa compañía privada que vende sus servicios al gobierno cuando hay que hacer algún trabajo de dudosa legalidad. La más reciente misión de Mallory terminó en desastre y la avispada mujer empieza a sospechar que todo fue una trampa para inculparla. Entonces Mallory regresa a los Estados Unidos para obtener respuestas pero solo encontrará más traiciones y peligro constante para ella y su familia a menos que pueda limpiar su nombre y descubrir quién desea "callarla" y por qué.

Soderbergh se ha ganado un buen lugar como director respetado pues sus producciones están llenas de profesionalismo y por contar con altos estándares de producción además de saber manejar de forma bastante diestra a un grupo de actores altamente reconocidos dentro de una misma película. Aun así podemos encontrar en Agentes Secretos muchos de los elementos de cintas que van directo a vídeo y nunca se proyectan en una sala de cine pero como lo mencioné con anterioridad el profesionalismo de Soderbergh la salva de dicho fin. Uno de los atractivos de la cinta es que cuenta la participación de Gina Carano, peleadora de artes marciales mixtas, como protagonista pues como a ocurrido en los últimos años el papel de las mujeres dentro de las cintas de acción ha cambiado para convertirse en las heroínas en turno. Pero dicho atractivo es la culpable tanto de lo positivo como de lo negativo de la cinta.

Por un lado podemos destacar el montaje tan natural y fluido de las peleas, ya que al ser una luchadora profesional esto se vuelve más sencillo de expresar, y le proporciona un toque más minucioso y detallista a dichas escenas de acción sin caer en el exceso y la confusión que otros directores exhiben. En contraparte nos damos cuenta inmediatamente de que Gina Carano no es actriz, es cierto cumple con su papel de chica ruda y capaz de poner en aprietos a más de un hombre pero no posee el suficiente carisma o magnetismo para que su personaje nos importe más allá de sus capacidades físicas. Además de que sus diálogos y escenas intimistas rayan en lo risible.

En cuanto a la narrativa empleada por su guionista puede incomodar a aquellos que esperan una cinta de llena de acción pero con un argumento contado de forma inteligente pues recurre recursos crudos e insolentes para introducir trucos narrativos. Esta desvergüenza, sumada a la falta de profundad en los personajes hacen de toda la trama una producto genérico y en cierta medida mediocre. Asimismo la fotografía y la música intentan aportar elementos más artísticos de los que la cinta merece.

Por su parte el nutrido elenco masculino que la acompaña apenas resulta acertado en comparación con lo que Soderbergh nos ha ofrecido en otras ocasiones. Antonio Banderas y Michael Douglas parecen que solo están presentes para hacerle un favor al director. Por su parte Michael Fassbender, Ewan McGregor y Bill Paxton cuentan con papeles “serios e importantes” pero con intervenciones breves. Channing Tatum quien puede considerarse un aliado de la protagonista termina siendo solo un elemento prescindible del argumento.

Para finalizar Agentes Secretos es entretenida, hecha con suficientes recursos y profesionalidad que se muestra con suficiente realismo en las escenas de acción. La heroína es fuerte, pero no hay la más mínima credibilidad en ninguna escena que no sea de acción.

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