ParaNorman: Tal vez Yo sea un Freak
ParaNorman (ParaNorman, Una Historia de Fantasmas, Brujas y una Maldición) cinta animada en formato Stop-Motion de Laika Entertainment con un tono de comedia-terror donde cuenta la historia de un niño alienado con un don para ver fantasmas, zombis y brujas.
Norman Babcock es un niño considerado freak, que además de ser aficionado al cine de zombis, lo que le ha valido el rechazo de su familia y de la comunidad del pequeño pueblo de Blite Hollow por contar con el don especial de ver fantasmas. Un día su tío Prenderghast le advierte que se viene una catástrofe encima del pueblo, ni más ni menos que la maldición que una bruja echó varios siglos atrás y que consiste en que los muertos reanimen y salgan de sus tumbas.
ParaNorman decide utilizar la técnica del stop motion para abordar su temática sobrenatural, lo cual la hace deudora en cierta medida de las ideas de Tim Burton, recordemos El Extraño Mundo de Jack, y a la dirección de Henry Selick con Coraline y La Puerta Secreta. Pero también podremos encontrar ciertos guiños a Scooby Doo, el mismo director confesó que se inspiró en esta caricatura, y al tipo de historias oscuras pero infantiles típicas de la serie de libros Escalofríos.
Pero más allá de la técnica de animación, la cual es altamente efectiva a la hora de contar la historia tenemos 2 vertientes dentro de la trama, por un lado nos muestra, en el preciso momento en que los zombis arriban al pueblo, como una muchedumbre rápidamente se vuelve irracional, violenta, con sujetos capaces de lo que sea, incluso de despacharse al otro mundo a seres vivos al considerarlos no-muertos, temática abordada contantemente en la filmografía de George A. Romero. Por otra parte nos cuenta como un simple chico, por el simple hecho de ser diferente a los demás, sufre de bullying o acoso por parte de aquellos que se sientes poderosos y/o “normales”, sin mencionar que es relegado por igual por su familia y comunidad al considerarlo “raro”. Sin embargo su misma “rareza” termina por salvar al pueblo mismo de su propia destrucción. Con ello deja claro que zombis, o en este caso descerebrados, podemos ser cualquiera que nos dejamos llevar por las modas, los medios masivos de comunicación y que discriminemos a todo lo que sea diferente, lo que nos de miedo, lo impredecible, feo o fuera de lo “común”. A pesar de todos los peligros resulta que hay que temerle más a la peor de las amenazas: el miedo mismo. ¿Habrá argumento más relevante en estos tiempos que el de la violencia que se desencadena por temor a lo que no entendemos?
Es esta quizá una de las mayores virtudes de la película de sus directores Chris Butler y Sam Fell, el que la trama tenga más fondo de lo que uno espera con personajes bien delineados y ubicados inteligentemente dentro de la trama misma. Sin ser completamente moralina, el filme explora el peligro de los prejuicios, mecanismos mentales a los que recurrimos cuando algo nos resulta desconocido o nos asusta, el creernos “normales” cuando nos encontramos ante alguien diferente a nuestra preconcebida forma de pensar y de ser.
Con ejecución de brujas, zombis, espíritus, multitudes amotinadas y muertes que se hacen cómicas, el filme no está dirigido a los niños muy pequeños pues puede resultar algo perturbador y algo difícil de entender. La ambientación de terror y su humor ligeramente negro funciona muy bien con adolescentes y adultos. En suma se trata de una cinta que cumple con lo que promete: homenajes al cine de zombis y de terror de los 70’s y 80’s, el encanto particular y bien ejecutado del stop-motion, situaciones entretenidas y legendarias, su lado emocional, y un mensaje redondo.
Norman Babcock es un niño considerado freak, que además de ser aficionado al cine de zombis, lo que le ha valido el rechazo de su familia y de la comunidad del pequeño pueblo de Blite Hollow por contar con el don especial de ver fantasmas. Un día su tío Prenderghast le advierte que se viene una catástrofe encima del pueblo, ni más ni menos que la maldición que una bruja echó varios siglos atrás y que consiste en que los muertos reanimen y salgan de sus tumbas.
ParaNorman decide utilizar la técnica del stop motion para abordar su temática sobrenatural, lo cual la hace deudora en cierta medida de las ideas de Tim Burton, recordemos El Extraño Mundo de Jack, y a la dirección de Henry Selick con Coraline y La Puerta Secreta. Pero también podremos encontrar ciertos guiños a Scooby Doo, el mismo director confesó que se inspiró en esta caricatura, y al tipo de historias oscuras pero infantiles típicas de la serie de libros Escalofríos.
Pero más allá de la técnica de animación, la cual es altamente efectiva a la hora de contar la historia tenemos 2 vertientes dentro de la trama, por un lado nos muestra, en el preciso momento en que los zombis arriban al pueblo, como una muchedumbre rápidamente se vuelve irracional, violenta, con sujetos capaces de lo que sea, incluso de despacharse al otro mundo a seres vivos al considerarlos no-muertos, temática abordada contantemente en la filmografía de George A. Romero. Por otra parte nos cuenta como un simple chico, por el simple hecho de ser diferente a los demás, sufre de bullying o acoso por parte de aquellos que se sientes poderosos y/o “normales”, sin mencionar que es relegado por igual por su familia y comunidad al considerarlo “raro”. Sin embargo su misma “rareza” termina por salvar al pueblo mismo de su propia destrucción. Con ello deja claro que zombis, o en este caso descerebrados, podemos ser cualquiera que nos dejamos llevar por las modas, los medios masivos de comunicación y que discriminemos a todo lo que sea diferente, lo que nos de miedo, lo impredecible, feo o fuera de lo “común”. A pesar de todos los peligros resulta que hay que temerle más a la peor de las amenazas: el miedo mismo. ¿Habrá argumento más relevante en estos tiempos que el de la violencia que se desencadena por temor a lo que no entendemos?
Es esta quizá una de las mayores virtudes de la película de sus directores Chris Butler y Sam Fell, el que la trama tenga más fondo de lo que uno espera con personajes bien delineados y ubicados inteligentemente dentro de la trama misma. Sin ser completamente moralina, el filme explora el peligro de los prejuicios, mecanismos mentales a los que recurrimos cuando algo nos resulta desconocido o nos asusta, el creernos “normales” cuando nos encontramos ante alguien diferente a nuestra preconcebida forma de pensar y de ser.
Con ejecución de brujas, zombis, espíritus, multitudes amotinadas y muertes que se hacen cómicas, el filme no está dirigido a los niños muy pequeños pues puede resultar algo perturbador y algo difícil de entender. La ambientación de terror y su humor ligeramente negro funciona muy bien con adolescentes y adultos. En suma se trata de una cinta que cumple con lo que promete: homenajes al cine de zombis y de terror de los 70’s y 80’s, el encanto particular y bien ejecutado del stop-motion, situaciones entretenidas y legendarias, su lado emocional, y un mensaje redondo.
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