The Dark Knight Rise: Leyenda Viviente
The Dark Knight Rises (Batman: El Caballero de la Noche Asciende) última parte de la exitosa Saga de El Caballero de la Noche se ha convertido en una de las cintas a estrenar más esperadas del año, tal vez la más esperada, y no es de extrañar pues su director Christopher Nolan había demostrado cierta maestría en la anterior entrega de la Trilogía de El Caballero de la Noche; en esta ocasión intentara igualar su anterior trabajo y cerrar dignamente dicho ciclo.
Han transcurrido 8 años desde el fallecimiento del Fiscal Harvey Dent y en Gotham City reina un estado de “paz impuesta” por la Ley Dent contra criminales y mafiosos; durante este tiempo el billonario Bruce Wayne (Christian Bale) y su alter-ego Batman han mantenido un retiro voluntario pero la aparición de una ladrona profesional de nombre Selina Kyle (Anne Hathaway) y un desalmado mercenario conocido como Bane (Tom Hardy) con maquiavélicos planes lo obligaran a entrar en acción nuevamente pero antes deberá vencer sus heridas, tanto físicas como mentales, si desea salir victorioso y salvar en el proceso su amada ciudad.
Nolan se ha caracterizado por mostrar tramas complejas y en ocasiones rebuscadas pero siempre se tomar el tiempo necesario para bombardearnos con información, personajes y eventos que a veces enriquecen la narrativa, y a veces solo la ofuscan, pero logra, mas bien lo intenta, atar de forma inteligente todos los cabos sueltos que pudieran surgir. Esto lo convierte en un director y guionista bastante inteligente, tal vez siga teniendo lados flacos y en ocasiones parece ser pretencioso con sus trabajos pero tal parece que su estilo lo consagrara como uno de los más influyentes cinematógrafos.
Ahora bien Nolan y sus guionistas, su hermano Jonathan y David S. Goyer, pretenden cerrar con broche de oro una de las mejores sagas cinematografías de los últimos 15 años, y hasta cierto punto lo logran pues atan estupendamente los múltiples cabos sueltos dejados en las anteriores películas y resuelven la enmarañada trama con impresionante congruencia, cuidando que el espectáculo no obstruya el trabajo de los actores ni la delicada caracterización de sus personajes. Pero, contemplando el lado negativo de ello encontramos que tomaron muchos atajos narrativos e incluso algunos de ellos se tornan ligeramente inverosímiles dada la inteligencia narrativa de Nolan, tal vez a otros directores y guionistas se les perdonarían pero dada la fama del propio director esto puede ser un ligero tropiezo.
No por ello debemos tomar la obra como menor ya que muchas de las características propias del realizador pero si baja ligeramente las expectativas que se tenía con respecto al producto final. Producto cargado de mensajes y simbolismos como los métodos que utilizan algunos gobiernos para mantener una aparente paz y tranquilidad entre sus conciudadanos, como ciertos sectores económicamente poderosos pueden sacar provecho de las crisis sociales que se desatan, las tácticas terroristas con las que actúan los así llamados “Libertadores y Revolucionarios”, las cuales no son muy diferentes a la de los tiranos que intentan derrocar, la incapacidad de ciertos gobiernos de afrontar inteligente y sabiamente una crisis, las necesidades de los sectores más empobrecidos de sus sociedades, etcétera. Dicha perspectiva sólo es a nivel social porque a nivel individual podemos encontrar otros mensajes y símbolos diferentes como el sacar la voluntad y la fortaleza, tanto física como mental, cuando uno se encuentra literalmente en un pozo, el mantener la actitud positiva a pesar de los problemas que tengamos, el actuar en el momento indicado y muchos más que se presentan de forma implícita.
En un contexto diferente nos encontramos con actuaciones muy decorosas, unas más que otras. Tal vez Christian Bale no alcanza a brillar tanto como el torturado Bruce Wayne/Batman pero si le da un final memorable al personaje por su madurez y seguridad interpretativas, Gary Oldman como el Comisionado Gordon demuestra una vez más porque siempre fue el indicado para el papel, Michael Caine como el fiel mayordomo Alfred Pennyworth es excelso hasta las lagrimas, tal vez la mejor actuación de la cinta, Morgan Freeman repite muy bien como el genio Lucius Fox; y Joseph Gordon-Levitt en el ambiguo papel de John Blake, un joven policía tan tenaz y recto como Gordon, pero suficientemente idealista para tomar decisiones peligrosas e impulsivas. Tom Hardy hace lo que puede bajo la máscara de Bane aun cuando domina el aspecto físico del personaje, por momento demasiado teatral, no logra convencer del todo que es un temible enemigo a vencer pues le falta expresividad en su mirada que refleje el odio, la maldad y la astucia que debería mostrar un personaje de su calibre aunque sus contadas peleas contra Batman son brutales y violentas. Los roles femeninos están a cargo de Marion Cotillard como Miranda Tate, la inversionista que podría rescatar Wayne Enterprises; mientras que Anne Hathaway resulta ser una inteligente, vulnerable, delicada y valerosa Selina Kyle, víctima de sus circunstancias pero con el potencial de redimirse.
En complemento a su insuperable reparto tenemos una exquisita fotografía de Wally Pfister y una briosa partitura de Hans Zimmer, sin olvidar el pulcra dirección del Nolan. Aquí, Nolan y su equipo llegan a un paroxismo extrapolado de imagen, sonido, movimiento y catarsis presentado con elegancia y sin piedad.
Sobra decir que The Dark Knight Rises es una película altamente recomendable, siempre podemos contar con la impecable dirección de Nolan para salvar la situación y regresarnos al nudo dramático. Muchos podrán verla como una obra menor dentro de la Saga pero todos estarán de acuerdo que valió la pena la espera para ver el final de El Caballero de la Noche Asciende.
Han transcurrido 8 años desde el fallecimiento del Fiscal Harvey Dent y en Gotham City reina un estado de “paz impuesta” por la Ley Dent contra criminales y mafiosos; durante este tiempo el billonario Bruce Wayne (Christian Bale) y su alter-ego Batman han mantenido un retiro voluntario pero la aparición de una ladrona profesional de nombre Selina Kyle (Anne Hathaway) y un desalmado mercenario conocido como Bane (Tom Hardy) con maquiavélicos planes lo obligaran a entrar en acción nuevamente pero antes deberá vencer sus heridas, tanto físicas como mentales, si desea salir victorioso y salvar en el proceso su amada ciudad.
Nolan se ha caracterizado por mostrar tramas complejas y en ocasiones rebuscadas pero siempre se tomar el tiempo necesario para bombardearnos con información, personajes y eventos que a veces enriquecen la narrativa, y a veces solo la ofuscan, pero logra, mas bien lo intenta, atar de forma inteligente todos los cabos sueltos que pudieran surgir. Esto lo convierte en un director y guionista bastante inteligente, tal vez siga teniendo lados flacos y en ocasiones parece ser pretencioso con sus trabajos pero tal parece que su estilo lo consagrara como uno de los más influyentes cinematógrafos.
Ahora bien Nolan y sus guionistas, su hermano Jonathan y David S. Goyer, pretenden cerrar con broche de oro una de las mejores sagas cinematografías de los últimos 15 años, y hasta cierto punto lo logran pues atan estupendamente los múltiples cabos sueltos dejados en las anteriores películas y resuelven la enmarañada trama con impresionante congruencia, cuidando que el espectáculo no obstruya el trabajo de los actores ni la delicada caracterización de sus personajes. Pero, contemplando el lado negativo de ello encontramos que tomaron muchos atajos narrativos e incluso algunos de ellos se tornan ligeramente inverosímiles dada la inteligencia narrativa de Nolan, tal vez a otros directores y guionistas se les perdonarían pero dada la fama del propio director esto puede ser un ligero tropiezo.
No por ello debemos tomar la obra como menor ya que muchas de las características propias del realizador pero si baja ligeramente las expectativas que se tenía con respecto al producto final. Producto cargado de mensajes y simbolismos como los métodos que utilizan algunos gobiernos para mantener una aparente paz y tranquilidad entre sus conciudadanos, como ciertos sectores económicamente poderosos pueden sacar provecho de las crisis sociales que se desatan, las tácticas terroristas con las que actúan los así llamados “Libertadores y Revolucionarios”, las cuales no son muy diferentes a la de los tiranos que intentan derrocar, la incapacidad de ciertos gobiernos de afrontar inteligente y sabiamente una crisis, las necesidades de los sectores más empobrecidos de sus sociedades, etcétera. Dicha perspectiva sólo es a nivel social porque a nivel individual podemos encontrar otros mensajes y símbolos diferentes como el sacar la voluntad y la fortaleza, tanto física como mental, cuando uno se encuentra literalmente en un pozo, el mantener la actitud positiva a pesar de los problemas que tengamos, el actuar en el momento indicado y muchos más que se presentan de forma implícita.
En un contexto diferente nos encontramos con actuaciones muy decorosas, unas más que otras. Tal vez Christian Bale no alcanza a brillar tanto como el torturado Bruce Wayne/Batman pero si le da un final memorable al personaje por su madurez y seguridad interpretativas, Gary Oldman como el Comisionado Gordon demuestra una vez más porque siempre fue el indicado para el papel, Michael Caine como el fiel mayordomo Alfred Pennyworth es excelso hasta las lagrimas, tal vez la mejor actuación de la cinta, Morgan Freeman repite muy bien como el genio Lucius Fox; y Joseph Gordon-Levitt en el ambiguo papel de John Blake, un joven policía tan tenaz y recto como Gordon, pero suficientemente idealista para tomar decisiones peligrosas e impulsivas. Tom Hardy hace lo que puede bajo la máscara de Bane aun cuando domina el aspecto físico del personaje, por momento demasiado teatral, no logra convencer del todo que es un temible enemigo a vencer pues le falta expresividad en su mirada que refleje el odio, la maldad y la astucia que debería mostrar un personaje de su calibre aunque sus contadas peleas contra Batman son brutales y violentas. Los roles femeninos están a cargo de Marion Cotillard como Miranda Tate, la inversionista que podría rescatar Wayne Enterprises; mientras que Anne Hathaway resulta ser una inteligente, vulnerable, delicada y valerosa Selina Kyle, víctima de sus circunstancias pero con el potencial de redimirse.
En complemento a su insuperable reparto tenemos una exquisita fotografía de Wally Pfister y una briosa partitura de Hans Zimmer, sin olvidar el pulcra dirección del Nolan. Aquí, Nolan y su equipo llegan a un paroxismo extrapolado de imagen, sonido, movimiento y catarsis presentado con elegancia y sin piedad.
Sobra decir que The Dark Knight Rises es una película altamente recomendable, siempre podemos contar con la impecable dirección de Nolan para salvar la situación y regresarnos al nudo dramático. Muchos podrán verla como una obra menor dentro de la Saga pero todos estarán de acuerdo que valió la pena la espera para ver el final de El Caballero de la Noche Asciende.
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