Abraham Lincoln: Vampire Hunter: Exterminador
Aun cuando no sea nuevo en la literatura el concepto de los crossover entre personajes históricos y/o de ficción literaria con elementos de la mitología de terror si lo es en cierta medida en la industria cinematográfica y Abraham Lincoln: Vampire Hunter (Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros) de Timur Bekmambetov es uno de los primeros ejemplos de ello.
Un joven Lincoln vive junto a su familia llegando con dificultades a fin de mes por culpa de Jack Barts (Marton Csokas), un terrateniente que controla con puño de hierro a aquellos que trabajan para él, quien asesina a la madre del joven Abraham. Muchos años después, un fornido Abraham Lincoln (Benjamin Walker) decide tomarse la justicia por su mano y busca a Barts para vengar a su madre pero durante la confrontación se da cuenta de que su enemigo es un vampiro, y Lincoln apenas sobrevive gracias a la intervención de Henry Sturges (Dominic Cooper) un cazador de vampiros que pondrá a Abraham al tanto de las exquisiteces de esta gente y del noble arte de su caza. Sin embargo, lo que comenzó como venganza toma una dimensión más profunda cuando Lincoln se da cuenta de que los vampiros y su líder Adam (Rufus Sewell) preparan una conspiración con funestas consecuencias para los Estados Unidos de Norteamérica.
La cinta esta basada en la novela de Seth Grahame-Smith, quien además funge como guionista de la cinta, Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros donde “devela la historia secreta" del famoso presidente norteamericano comenzando desde su niñez hasta sus últimos días. El concepto suena absurdo, satírico y hasta cierto punto entretenido dando lo que podría considerarse una buena cinta de acción y comedia; desafortunadamente Timur Bekmambetov se toma demasiado en serio la trama y pretende vendernos un producto de ficción poco creíble con tintes políticos y propagandísticos. Peor aún, todo ello se desarrolla con sorprendente lentitud a pesar de su relativamente corta duración y sus frecuentes escenas de acción. En ningún momento llegue asentí la emoción que deberían provocar las peleas en cámara lenta y con acrobacias sobrehumanas, y con ello pareciera que el director carecía de energía y pasión mientras realizaba cada toma. Tal vez el director solamente realizó el trabajo por mero encargo o tal vez sea en parte culpa del guión, a cargo de Seth Grahame-Smith, que no logra desarrollar una empatía en el espectador con respecto a los personajes pobremente planteados, pues en ningún momento se llega a creer del todo los motivos de Lincoln y de su maestro Sturges para cazar vampiros, así mismo no se explican claramente los motivos de Adam “El vampiro” para crear un país enteramente vampírico y no olvidemos de la poca importancia que tiene el personaje de Mary Todd Lincoln dentro de la trama.
Por otra parte y relación con el párrafo que antecede los actores hacen lo que pueden con sus personajes. Por un lado tenemos a Benjamin Walker, quien tiene un notable parecido a Liam Nesson, como Lincoln el héroe, Rufus Sewell el eterno villano, Mary Elizabeth Winstead está preciosa como Mary Todd y Dominic Cooper también resulta muy agradable como Henry.
Y sobre los efectos especiales podemos ver una correcta calidad técnica de este film, aunque por momentos el CGI esta sobrecargado, no así en el área de maquillaje donde los resultados son impresionantes gracias a Greg Cannom. Por otra parte las coreografías de las batallas son adecuadas y para muchos increíblemente vistosas y espectaculares en las cuales no se acobardaron a la hora de mostrar sangre y miembros cortados por el hacha del presidente.
A pesar de las quejas, Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros resulta moderadamente entretenida pero para ello se debe mantener las expectativas bajas y tener la convicción de verla por mero entretenimiento. Tal vez la idea de tener personajes históricos dentro de historias de ficción fructifique mejor en un futuro y tengamos al fin una cinta donde Pancho Villa sea el superhéroe que intente salvar a México.
Un joven Lincoln vive junto a su familia llegando con dificultades a fin de mes por culpa de Jack Barts (Marton Csokas), un terrateniente que controla con puño de hierro a aquellos que trabajan para él, quien asesina a la madre del joven Abraham. Muchos años después, un fornido Abraham Lincoln (Benjamin Walker) decide tomarse la justicia por su mano y busca a Barts para vengar a su madre pero durante la confrontación se da cuenta de que su enemigo es un vampiro, y Lincoln apenas sobrevive gracias a la intervención de Henry Sturges (Dominic Cooper) un cazador de vampiros que pondrá a Abraham al tanto de las exquisiteces de esta gente y del noble arte de su caza. Sin embargo, lo que comenzó como venganza toma una dimensión más profunda cuando Lincoln se da cuenta de que los vampiros y su líder Adam (Rufus Sewell) preparan una conspiración con funestas consecuencias para los Estados Unidos de Norteamérica.
La cinta esta basada en la novela de Seth Grahame-Smith, quien además funge como guionista de la cinta, Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros donde “devela la historia secreta" del famoso presidente norteamericano comenzando desde su niñez hasta sus últimos días. El concepto suena absurdo, satírico y hasta cierto punto entretenido dando lo que podría considerarse una buena cinta de acción y comedia; desafortunadamente Timur Bekmambetov se toma demasiado en serio la trama y pretende vendernos un producto de ficción poco creíble con tintes políticos y propagandísticos. Peor aún, todo ello se desarrolla con sorprendente lentitud a pesar de su relativamente corta duración y sus frecuentes escenas de acción. En ningún momento llegue asentí la emoción que deberían provocar las peleas en cámara lenta y con acrobacias sobrehumanas, y con ello pareciera que el director carecía de energía y pasión mientras realizaba cada toma. Tal vez el director solamente realizó el trabajo por mero encargo o tal vez sea en parte culpa del guión, a cargo de Seth Grahame-Smith, que no logra desarrollar una empatía en el espectador con respecto a los personajes pobremente planteados, pues en ningún momento se llega a creer del todo los motivos de Lincoln y de su maestro Sturges para cazar vampiros, así mismo no se explican claramente los motivos de Adam “El vampiro” para crear un país enteramente vampírico y no olvidemos de la poca importancia que tiene el personaje de Mary Todd Lincoln dentro de la trama.
Por otra parte y relación con el párrafo que antecede los actores hacen lo que pueden con sus personajes. Por un lado tenemos a Benjamin Walker, quien tiene un notable parecido a Liam Nesson, como Lincoln el héroe, Rufus Sewell el eterno villano, Mary Elizabeth Winstead está preciosa como Mary Todd y Dominic Cooper también resulta muy agradable como Henry.
Y sobre los efectos especiales podemos ver una correcta calidad técnica de este film, aunque por momentos el CGI esta sobrecargado, no así en el área de maquillaje donde los resultados son impresionantes gracias a Greg Cannom. Por otra parte las coreografías de las batallas son adecuadas y para muchos increíblemente vistosas y espectaculares en las cuales no se acobardaron a la hora de mostrar sangre y miembros cortados por el hacha del presidente.
A pesar de las quejas, Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros resulta moderadamente entretenida pero para ello se debe mantener las expectativas bajas y tener la convicción de verla por mero entretenimiento. Tal vez la idea de tener personajes históricos dentro de historias de ficción fructifique mejor en un futuro y tengamos al fin una cinta donde Pancho Villa sea el superhéroe que intente salvar a México.
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