Re-Caída
Tienes magia, muchacha.
Algo de ti, siniestro, me fascina.
Encarnas el misterio que perturba y vulnera.
Ofreces albedrío
fruto pernicioso al que soy adicto.
No es tu culpa: Todo es tan inocente.
Soy de la estirpe de los expulsados
ángel caído que pide la gracia
de recobrar ante tus ojos
la luz luciferina y sus poderes.
¡No te muevas: qué vértigo llegar hasta ti!
Bogo al arbitrio de oscuras fuerzas.
Llegó mi turno:
ya cantan por mi las sirenas.
¿Por qué contradecir al destino
si a ti me empuja?
Pase lo que pase
yo te absuelvo muchacha.
Tómame entre las manos
muchacha
como a esas viejas lámparas
mágicas
y a la primera caricia
estaré dispuesto a complacerte
en todo.
Alfredo Espinosa.
Cíbola, Cinco Poetas del Norte
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