Intouchables: Guiándolo de la Mano
Intouchables (Amigos) esta ostensiblemente basada en la historia real de Philippe Pozzo di Borgo, millonario tetrapléjico y su peculiar cuidador; cinta dirigida por Olivier Nakache y Eric Toledano, ofrece franca diversión y humanidad al mismo tiempo.
Philippe (François Cluzet) es un millonario que a raíz de un accidente queda cuadripléjico y confinado a una silla de ruedas. Por ello necesita ayuda de una persona que haga todo por él ya que sus circunstancias no le permiten valerse por sí mismo. Así es como conoce a Driss (Omar Sy), hijo de inmigrantes senegaleses, pobre, que acaba de salir de la cárcel y sin casa. Él será quien ocupe el puesto de ayudante de Philippe y aunque ambos pertenecen a mundos obviamente distintos y contra toda expectativa, descubren que encajan a la perfección.
Aun cuando muchas veces ha ocurrido con cintas con tramas similares a Amigos donde el espectador debe sentir lastima por los personajes desvalidos, Toledano y Nakache no apelan a dicho sentimentalismo barato sino que al contrario divierten al espectador con situaciones de humor negro y políticamente incorrectas que viven los personajes y al mismo tiempo logran tocar las fibras emocionales del espectador. Por otra parte es cierto que se presentan situaciones maniqueas y estereotípicas, los ricos condenados a una enfermedad, a la soledad y aburridos de su vida y los pobres son divertidos, sanos, festivos y solidarios, pero todo esto puesto al servicio de un guión ágil, atractivo y encantador para el espectador.
Por otra parte la excelente estructuración de los personajes ayuda enormemente a sentir una simpatía avasalladora tanto por la trama como por los personajes mismos por un lado tenemos a Driss (Omar Sy) que no le tiene compasión ni lástima a Philippe, no lo trata como a un inválido e intenta que encuentre ánimos suficientes para sonreír o al menos este menos huraño que de costumbre. Mientras que Philippe (François Cluzet) entiende que ha llegado un punto en su vida en que no necesita ser tratado como un mueble delicado y prefiere recibir el mismo trato que cualquier otro ser humano, aun cuando ese trato incluya bromas pesadas. El nivel actoral mostrado por Cluzet y Sy es formidable y ambos tienen una estupenda química y colaboran de una manera muy elegante y efectiva.
En resumen, esta es una película que tiene un ritmo ameno y una solidez narrativa compacta y sorprendente. Una cinta muy recomendable para descubrir que en ocasiones lo que en realidad merecemos es que alguien no se compadezca de nosotros, y que simplemente nos haga entender que no somos victimas de las circunstancias y/o destino sino que aun cuando nos veamos limitados podemos vivir plenos y libres de dolor y culpas.
Philippe (François Cluzet) es un millonario que a raíz de un accidente queda cuadripléjico y confinado a una silla de ruedas. Por ello necesita ayuda de una persona que haga todo por él ya que sus circunstancias no le permiten valerse por sí mismo. Así es como conoce a Driss (Omar Sy), hijo de inmigrantes senegaleses, pobre, que acaba de salir de la cárcel y sin casa. Él será quien ocupe el puesto de ayudante de Philippe y aunque ambos pertenecen a mundos obviamente distintos y contra toda expectativa, descubren que encajan a la perfección.
Aun cuando muchas veces ha ocurrido con cintas con tramas similares a Amigos donde el espectador debe sentir lastima por los personajes desvalidos, Toledano y Nakache no apelan a dicho sentimentalismo barato sino que al contrario divierten al espectador con situaciones de humor negro y políticamente incorrectas que viven los personajes y al mismo tiempo logran tocar las fibras emocionales del espectador. Por otra parte es cierto que se presentan situaciones maniqueas y estereotípicas, los ricos condenados a una enfermedad, a la soledad y aburridos de su vida y los pobres son divertidos, sanos, festivos y solidarios, pero todo esto puesto al servicio de un guión ágil, atractivo y encantador para el espectador.
Por otra parte la excelente estructuración de los personajes ayuda enormemente a sentir una simpatía avasalladora tanto por la trama como por los personajes mismos por un lado tenemos a Driss (Omar Sy) que no le tiene compasión ni lástima a Philippe, no lo trata como a un inválido e intenta que encuentre ánimos suficientes para sonreír o al menos este menos huraño que de costumbre. Mientras que Philippe (François Cluzet) entiende que ha llegado un punto en su vida en que no necesita ser tratado como un mueble delicado y prefiere recibir el mismo trato que cualquier otro ser humano, aun cuando ese trato incluya bromas pesadas. El nivel actoral mostrado por Cluzet y Sy es formidable y ambos tienen una estupenda química y colaboran de una manera muy elegante y efectiva.
En resumen, esta es una película que tiene un ritmo ameno y una solidez narrativa compacta y sorprendente. Una cinta muy recomendable para descubrir que en ocasiones lo que en realidad merecemos es que alguien no se compadezca de nosotros, y que simplemente nos haga entender que no somos victimas de las circunstancias y/o destino sino que aun cuando nos veamos limitados podemos vivir plenos y libres de dolor y culpas.
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