Amanecer Incondicional

Un disco empieza a escucharse en el tocadiscos, la música llama mi atención y me hace cuestionarme sobre el sentido que tiene la vida; y entonces ella me mira y sonríe, su sonrisa denota ciertos rasgos de picardía, de complicidad como si pretendiera realizar alguna diablura y gracias a ello me desconcierto y dejo de reflexionar sobre el tema en el cual mi mente se encontraba ocupada y ahora intento descubrir que se esconde detrás de aquella bribona expresión pero me es difícil pues intento analizar lo divertido de la situación cuando para mí carece completamente de gracia.

Entonces ella me pide que cierre los ojos y no los abra hasta que lo decida y de pronto logro escuchar que cambia de disco y con ello de melodía pues esta es más alegre y bailable que la anterior y entonces toma mis manos y pretende hacerme bailar pero al yo respondo:

-No puedo, ya que no veo lo que hago.-

Y entonces ella dice:

-No importa déjate llevar por el ritmo, te divertirás.-

Pero me siento avergonzado y cohibido ya que para esos momentos me he de ver estúpido ante sus ojos. Y de pronto ocurre, que en mi mente me encuentro mirando un amanecer en el horizonte, con una reconfortante sensación de paz y tranquilidad, una sensación que me recorre desde los pies hasta la cabeza; no se si físicamente pero en mi mente sonreía y sonreía más pues ella se encontraba a mi lado contemplando el mismo horizonte, ¿Acaso era un sueño? ¿Una fantasía que mi mente pretendía mostrarme para calmarme? No lo sabía y no me importaba en lo absoluto ya que la sensación era sublime y esta se acentuaba al momento de verla a los ojos y descubrir pasión, pasión por la vida, pasión por estar conmigo y compartir ese instante ante aquel paisaje y entonces dijo:

-Es el momento, abre los ojos.-

Y yo respondí:

-Muy bien.-

Y al abrirlos me sorprendí y maraville pues me encontraba en aquel paisaje que en mi mente se había proyectado, ¿Qué clase de magia o sueño era aquello? No importaba, pues todo se sentía real absolutamente todo; el regocijo era apabullante, inmenso y de la nada empecé a reír y ella carcajeó conmigo, nos miramos fijamente y después empezamos a correr, a jugar, ya nada importaba la situación era para aprovecharse y divertirse como si fuéramos 2 chiquillos descontrolados, cayendo, rodando por el suelo y abrazándonos el uno al otro, nos sentíamos tan felices y dichosos que los problemas, las preocupaciones propias de cada ser humano habían desaparecido, podíamos afrontar lo que fuera sin importa la gravedad de ello; y de pronto nos detuvimos para vernos el uno al otro e impulsivamente la besé y en el beso descargue todo mi amor, toda mi pasión que sentía por ella y ella respondió de la misma manera, ya nada sería igual nuestras vidas habían cambiado a partir de ese instante, se confirmaban nuestros anhelos, nuestros sueños…