Django Unchained: ¡La Dinamita Hace BOOM!


Todo parecía indicar que Quentin Tarantino tarde o temprano realizaría un western, sus continuas referencias a Sergio Leone o la inserción de música de Ennio Morricone así lo demostraban, con lo cual fue una gran noticia que el director anunciara su próxima cinta fuera un western oeste cuyo título es Django Unchained (Django Sin Cadenas) y el papel del héroe recae en Jamie Foxx, con la participación de Leonardo DiCaprio, Christoph Waltz y Samuel L. Jackson.

Django (Jamie Foxx) es un esclavo adquirido por el Dr. King Schultz (Christoph Waltz), un caza recompensas, que le promete la libertad a cambio de que lo ayude a buscar a los Hermanos Brittle. Con el tiempo Django se convierte en amigo y mano derecha de Schultz, quien lo ayudará a localizar a su esposa Broomhilda (Kerry Washington), que sirve en la plantación de Calvin Candie (Leonardo DiCaprio).

Quentin Tarantino tiene talento para crear películas “originales” partiendo de múltiples referencias cinéfilas, musicales y literarias, las cuales introduce dentro de sus tramas con tal sabiduría y brillantez que lo han convertido en un referente dentro de la industria cinematográfica. En esta cinta podemos encontrar claras referencias al western de los 60’s y 70’s, principalmente al famoso spaghetti western, pero las referencias que predominan son las del cine “blaxplotation”, cine muy popular en los barrios pobres afroamericanos en el cual las personas de color eran los protagonistas y héroes y el papel de los villanos recaía en gente blanca.

Un tema preponderante en el cine de Tarantino es el de la venganza; tema que en esta ocasión trasciende por ser una ácida crítica a la época del esclavismo y las plantaciones de algodón en el sur de los EE.UU. Django busca al principio reencontrarse con su esposa pero al ser testigo y víctima del daño que se le inflige a su gente así como el trato que recibe Broomhilda en la casa de Calvin, lo convierten en el azote de los esclavistas que clama venganza por tantos años de sufrimiento. Para integrar el tema de la venganza, y por consiguiente la crítica a un estilo de vida decadente, el director urde una trama sencilla y efectiva. Divide la película en dos claras mitades: la primera, nos muestra el trabajo de los dos cazadores de recompensas y, en la segunda, con la aparición del villano personificado por Leonardo DiCaprio, se adentra en el núcleo de la revancha y el rescate de su mujer.

El director se toma casi tres horas de proyección para desarrollar totalmente la trama, tal duración en ningún momento abruma o aburre al espectador al contrario lo mantiene atento cada frase y cada acción que tomara alguno de los personajes integrados en la trama. Todo ello lo realiza en un tono y ritmo bastante desenfadados al punto de resultar exageradas algunas secuencias violentas, tal exageración resulta ser perversamente divertida. Y es que su guion destila altas dosis de cinismo, sentido del humor y violencia gráfica, en el cual todo puede ocurrir, y que hace referencia desde el cine de los Monty Python hasta secuencias de tiroteos propias de Sam Peckinpah, pasando por los géneros ya mencionados como el spaghetti western y blaxplotation.

Y es que Tarantino es uno de los mejores narradores cinematográficos existentes hoy en día, una vez más los diálogos y monólogos de los principales personajes resultan ser tan atractivos que cualquier acción que pudieran tomar. Otra seña particular del director se hace presente: La utilización y selección adecuada de la música que, por muy anacrónica que ésta sea, encaja como perfectamente en la película y le dota de más personalidad.

La fotografía de Robert Richardson es muy buena y el montaje de Fred Raskin (en sustitución de la fallecida Sally Manke) ayuda para disfrutar aún más de la cinta.

Por otra parte debemos mencionar el notable trabajo del reparto actoral, y este es uno de los aspectos que hacen de Tarantino un gran director, pues cada uno de ellos logra una participación memorable, por decir poco. Don Johnson, que por momentos se parece al Coronel Sanders, es el dueño de una plantación en donde los protagonistas buscan a los Brittle; la bella Kerry Washington es personifica al amor del protagonista y por el cual inicia todo el periplo para reencontrarla; Jamie Foxx, quien sinceramente no logra convencerme como actor, no alcanza a sobresalir actoralmente, tal vez porque le falta carisma o porque simplemente se encuentra rodeado por otros grandes y estupendos actores. En primer lugar tenemos a Christoph Waltz, el caza recompensas que demuestra tener buenos sentimientos hacia las personas de color y se muestra contrario a la esclavitud. Leonardo DiCaprio da vida a un caprichoso y mimado terrateniente que se divierte con luchas a muerte entre esclavos y sus estudios sobre frenología, dicho actor en esta ocasión se muestra ligeramente excedido en su rango actoral pero ello se debe a cierta vena infantil y despiadada, con un toque de ambigüedad, que tiene su personaje. Samuel L. Jackson es la sorpresa al dar vida a Steven, un mayordomo más racista que sus propios dueños y desprecia en demasiá a todo aquel que no sea sus amos y estén a un nivel igual o superior a él.

Por fin tenemos un western de Tarantino, que dicho sea de paso hecho a su modo. Es posible que en él no encontremos todo lo que esperamos pero ofrece una buena ración de diversión, violencia y buenos diálogos. Quizás no sea la película más redonda de su carrera, pues ciertos eventos están convenientemente insertados en la trama, pero sí una de las más atractivas de la cartelera actual. Tiene ritmo, vuelve a colocar al western en el lugar que se merece y, además, cuenta con un montón de intérpretes de categoría como Leonardo DiCaprio, Samuel L. Jackson y Christoph Waltz.

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