El Secreto de sus Ojos: Crimen y Castigo
Una producción argentina del 2009 que recibió innumerables premios y reconocimientos tanto nacionales como extranjeros, El Secreto de sus Ojos corrió a cargo del director Juan José Campanella.
Un burócrata retirado, Benjamín Esposito (Ricardo Darín), decide escribir un libro sobre lo acontecido 25 años atrás sobre el asesinato y consecuente investigación de Liliana Coloto (Carla Quevedo) por lo que se apoya en su puesto burocrático y en su amiga Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil) para desenmarañar todos los pormenores que se entretejen dentro del caso.
Una película que juega con elementos del Cine Noir, donde se busca descubrir cada uno de los elementos ocurridos en un crimen, en este caso el de Liliana Coloto y buscar al presunto culpable todo esto en medio de una historia de amor no correspondido, comedia, y conspiraciones políticas. Un guión solido donde uno puede olvidar ciertos perjuicios que se tienen por el cine argentino, que además avanza magistralmente a lo largo de la duración de la misma y cada elemento que la integran esta perfectamente justificado y desarrollado, donde el espectador podrá sentirse identificado con los personajes que la pueblan.
Sus actuaciones son únicas y bien dirigidas pues se nota de primera mano que tanto los actores como el director hicieron, al menos en apariencia, un excelente grupo de trabajo donde cada gesto, cada mirada y cada palabra pronunciada dicen más de lo que uno cree, donde nada se deja al azar y que nos ayudara a comprender los sentimientos y situaciones que cada personaje vive.
Tanto Ricardo Darín como Soledad Villamil nos muestran un cátedra de actuación, pues nos hacen cuestionar sobre si el culpable debe recibir el justo castigo, si debemos mirar atrás en cuanto a nuestra situación amorosa, si son correctos nuestros actos por muy tontos que parezcan y sobre todo si nuestras pasiones nos hacen ser quienes en verdad somos. Una película para poner atención y así tratar de comprender hacia donde nos llevan nuestras decisiones
La fotografía y edición son magnificas pues maximizan lo expresado por los protagonistas, mención especial a la secuencia de una solo toma del estadio de fútbol donde se alcanza el clímax de la historia que nos compete.
Una película madura bien dirigida y sobre todo disfrutable de principio a fin.
Un burócrata retirado, Benjamín Esposito (Ricardo Darín), decide escribir un libro sobre lo acontecido 25 años atrás sobre el asesinato y consecuente investigación de Liliana Coloto (Carla Quevedo) por lo que se apoya en su puesto burocrático y en su amiga Irene Menéndez Hastings (Soledad Villamil) para desenmarañar todos los pormenores que se entretejen dentro del caso.
Una película que juega con elementos del Cine Noir, donde se busca descubrir cada uno de los elementos ocurridos en un crimen, en este caso el de Liliana Coloto y buscar al presunto culpable todo esto en medio de una historia de amor no correspondido, comedia, y conspiraciones políticas. Un guión solido donde uno puede olvidar ciertos perjuicios que se tienen por el cine argentino, que además avanza magistralmente a lo largo de la duración de la misma y cada elemento que la integran esta perfectamente justificado y desarrollado, donde el espectador podrá sentirse identificado con los personajes que la pueblan.
Sus actuaciones son únicas y bien dirigidas pues se nota de primera mano que tanto los actores como el director hicieron, al menos en apariencia, un excelente grupo de trabajo donde cada gesto, cada mirada y cada palabra pronunciada dicen más de lo que uno cree, donde nada se deja al azar y que nos ayudara a comprender los sentimientos y situaciones que cada personaje vive.
Tanto Ricardo Darín como Soledad Villamil nos muestran un cátedra de actuación, pues nos hacen cuestionar sobre si el culpable debe recibir el justo castigo, si debemos mirar atrás en cuanto a nuestra situación amorosa, si son correctos nuestros actos por muy tontos que parezcan y sobre todo si nuestras pasiones nos hacen ser quienes en verdad somos. Una película para poner atención y así tratar de comprender hacia donde nos llevan nuestras decisiones
La fotografía y edición son magnificas pues maximizan lo expresado por los protagonistas, mención especial a la secuencia de una solo toma del estadio de fútbol donde se alcanza el clímax de la historia que nos compete.
Una película madura bien dirigida y sobre todo disfrutable de principio a fin.
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