Concedeme el Milagro

Los milagros siempre los hemos considerado como un acto divino donde se nos demuestra la capacidad de realizar lo que en apariencia parecía imposible haciéndonos ver las maravillas de las que es capaz Dios pero siempre visto como un acto que beneficia a un solo hombre (o un grupo particular de estos) sin importar que con ello se tenga que perjudicar a otros, se lo merezca o no. Muchas veces deseamos que se nos conceda un milagro por que hemos alcanzado, al menos en apariencia, los limites humanos prefiriendo así que otro se encargue de mostrarnos el camino antes de preocuparnos por como salir de las situaciones en la que nos encontremos.

Y es que es un poco más cómodo decir que Dios nos concedió la gracia de salir o terminar de zanjar cierta situación antes de admitir que la mayoría de nuestras acciones fueron ayudó a llegar hasta ese punto. Muchas veces he escuchado que "Dios quiso que esto sucediera..." o "Dios me concedió que me pasara esto." pero poco se ponen analizar el porque sucedieron de cierta manera los hechos. Dando así una muestra más de que el humano vive y respira de ilusiones y sueños sin importar que estos no se materialicen o lo hagan sin cumplir totalmente nuestras expectaciones.

No con ello quiero causar una polémica o desacreditar a "Chief Commander", pero si me gustaría mostrar que los milagros no se encuentran en las peticiones y cumplimiento de estas que le realizamos al altísimo, sino en cada uno de los sucesos que ocurren en la vida diaria y que muchas veces nosotros mismos provocamos con nuestras propias acciones. Hay personas que logran superar a una enfermedad terminal por el simple hecho de que encontraron un motivo por el cual vivir, pero también quienes a pesar de estar aparentemente sanos mueren por simple depresión, y no por eso Dios estuvo del todo involucrado. Otras que encuentran la fortaleza y voluntad para dejar un vicio que a la larga terminaría por matarlos o aquellas que logran sobrevivir a la vida diaria solo por su perseverancia y pasión que tienen a seguir adelante.

Es ahí donde se puede decir que se encuentra un milagro en los hechos que nos trastocan y nos revelan una idea inconsciente alojada en nosotros mismos, hechos que pocas veces podemos contemplar de una forma clara y concisa pero que nos abren una nueva visión del mundo. Una visión capaz de cambiar nuestras ideas y que nos hace comprender que en algún momento estábamos equivocados y que además nos dan paz y tranquilidad haciendo así que se llene el hueco y la insatisfacción que sentimos dentro de nuestras vidas

Además los milagros los podemos encontrar en detalles y momentos tan minúsculos que pasan desapercibidos para todos nosotros, ya sea por el ajetreo de la rutina, la desesperanza, el miedo, la desesperación que reina muchas veces entre nosotros e incluso las tragedias que nos toca vivir. Una familia que vive al día y sin embargo ha encontrado la manera de ser feliz, aquel niño que descubre como la naturaleza puede ser fascinante y misteriosa a la vez.

Los milagros no están en los actos de fe que muchas veces ponemos a prueba, en muy raras ocasiones, ni en trucos de prestidigitación que deseamos ver solo para saber que algo superior a nosotros nos cuida. Están en todos y cada uno de los actos que realizamos en nuestra vida diaria, actos bien encaminados realizados con el fin de ser mejores seres humanos, para con nosotros mismo como para la gente que nos rodea y aprecia. También en la naturaleza que se nos revela intrigante y majestuosa, siendo estas las verdades obras del Creador.

Todos me dan las gracias cuando algo sale bien, pero dime quien fue el que en realidad hizo todo el esfuerzo, ¿Tú, que luchaste por llegar hasta aquí o yo que solo observe como los eventos se desenvolvían por si solos?

Ese es el verdadero poder de un milagro.

Frag. del dialogo entre Luzus y el hombre misterioso