The American: Vaquero Intachable
Jack (George Clooney) es un asesino a sueldo que después de su último trabajo ha decidido retirarse y tratar de empezar una vida ordinaria en una villa italiana, no obstante su antiguo jefe, Pavel (Johan Leysen), le pide un favor más por lo cual Jack sospecha de las intenciones de su jefe.
A diferencia de lo que el titulo de la película nos pueda sugerir, que pueda estar llena de acción, suspenso y aventura, la trama es en esencia un drama/thriller existencialista donde el personaje principal busca escapar de su antigua vida llena de pecados y remordimientos la cual no tuvo cabida al afecto sincero pero como ocurre con este tipo de existencia no es nada fácil escapar a lo que uno en realidad es. La cinta transcurre parsimoniosamente ante los ojos del espectador donde lo mismo vemos como Jack empieza a realizar su último trabajo, se entrega en cuerpo y alma a Clara (Violante Placido) una mujer con una falta de afecto igual a la que él sufre, tiene charlas existencialistas con el párroco Benedetto (Paolo Bonacelli) y trata de descubrir si alguien lo quiere eliminar, todo esto teniendo como vista los hermosos paisajes de la campiña italiana.
Una película tan contemplativa y existencialista no es para cualquier público, por eso el director Anton Corbijn elige a George Clooney como el actor que nos muestre y nos introduzca a la vida del protagonista, que dicho sea de paso lo hace de manera soberbia y totalmente creíble; con ello Clooney nos ejemplifica como un histrión debe de buscar y realizar personajes de acuerdo a su edad y capacidad actoral, Clooney ya no solo es un galán, sino también un actor versátil y que demuestra que con los años ha mejorado enormemente su capacidad actoral.
En resumen, creo que lo más significativo de la película es el carácter de los personajes, la hermosa fotografía y la textura de la narrativa, no precisamente las escenas de acción. Entonces, recomiendo con entusiasmo El Ocaso de un Asesino, pero solo para quienes tengan la paciencia y la disposición de apreciar los instantes contemplativos de intriga, drama y suspenso, sin decepcionarse por la falta de aventura.
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