El Santos vs. La Tetona Mendoza: Extender la Mano y Tocar Algo con el Amor de un Churro de Mota
Nacida de la tira cómica creada por Jis (José Ignacio Solórzano) y Trino (José Trinidad Camacho Orozco) nos llega El Santos vs. La Tetona Mendoza a las salas de cine.
El Santos, El Sanx pa’ los muy cuates, es un luchador acabado, pasado de peso y marihuano, que sufre de su reciente divorcio con la Tetona Mendoza, una voluptuosa y salvaje mujer luchadora. Para salir de su depresión, y en medio de los efectos de un cigarro de marihuana, El Santos empieza una campaña para ayudar a los Zombis de Sahuayo. Sin embargo, su muy redituable campaña convierte a la población zombi en una plaga y con ello afecta los intereses económicos de la Tetona y esta lo amenaza para que se deshaga de ellos. Sin embargo, es el Peyote Asesino (eterno rival de El Santos) quien logra deshacerse de los zombis. Pero ello sólo desencadena la toma de poder de La Tetona en el país, y al grito de “Chichis Power” pretende dominar a los machos, y convertir a las mujeres en objetos sexuales. La única posibilidad para la nación se salve es que El Santos repueble el mundo de Zombis de Sahuayo.
La animación, a nivel técnico, en México esta a años luz de la mostrada en otras partes del mundo, como ejemplo tenemos los productos estadounidenses e ingleses que llegan a cartelera. Pero Átomo Films, subsidiaria de Ánima Films materializa la adaptación de un reconocido personaje de historietas mexicanas El Santos de Jis y Trino. Dicho personaje simboliza la irreverencia, la sexualidad tabú, los escatológicos, arrabaleros y albureros elementos de nuestro lenguaje e idiosincrasia. Retratando el lado más naco de nuestra cultura.
Una de las cosas que preocupaban a los historietistas José Trinidad Camacho Orozco y José Ignacio Solórzano era sacrificar la esencia de sus personajes en el proceso de adaptación. Pero todos los elementos fundamentales y altamente reconocidos de la tira cómica persisten en la cinta, sin censura ni represión de algún tipo.
Aun con la intención de mantener un espíritu irreverente en la película, esta no es perfecta. Algunos chistes se alargan hasta el punto de perder la gracia y otros se vuelven ridículos. Pero los diálogos, las abundantes referencias, homenajes y parodias a la cultura pop, al cine y a la política mexicana son tan bien llevadas, que los defectos se pasan por alto.
Mención especial al multiestelar elenco que integra la película, pues aunque el dar vida a personajes animados es un arte que requiere años para perfeccionarse, desde Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco, José María Yazpik, Héctor Jiménez, Andrés Bustamante hasta Guillermo del Toro y los Hermanos Bichir, las interpretaciones son brillantes y divertidas.
Una cinta altamente recomendable pero con la advertencia de que no es para gente que fácilmente se ofende con temas peyorativos e irreverentes.
El Santos, El Sanx pa’ los muy cuates, es un luchador acabado, pasado de peso y marihuano, que sufre de su reciente divorcio con la Tetona Mendoza, una voluptuosa y salvaje mujer luchadora. Para salir de su depresión, y en medio de los efectos de un cigarro de marihuana, El Santos empieza una campaña para ayudar a los Zombis de Sahuayo. Sin embargo, su muy redituable campaña convierte a la población zombi en una plaga y con ello afecta los intereses económicos de la Tetona y esta lo amenaza para que se deshaga de ellos. Sin embargo, es el Peyote Asesino (eterno rival de El Santos) quien logra deshacerse de los zombis. Pero ello sólo desencadena la toma de poder de La Tetona en el país, y al grito de “Chichis Power” pretende dominar a los machos, y convertir a las mujeres en objetos sexuales. La única posibilidad para la nación se salve es que El Santos repueble el mundo de Zombis de Sahuayo.
La animación, a nivel técnico, en México esta a años luz de la mostrada en otras partes del mundo, como ejemplo tenemos los productos estadounidenses e ingleses que llegan a cartelera. Pero Átomo Films, subsidiaria de Ánima Films materializa la adaptación de un reconocido personaje de historietas mexicanas El Santos de Jis y Trino. Dicho personaje simboliza la irreverencia, la sexualidad tabú, los escatológicos, arrabaleros y albureros elementos de nuestro lenguaje e idiosincrasia. Retratando el lado más naco de nuestra cultura.
Una de las cosas que preocupaban a los historietistas José Trinidad Camacho Orozco y José Ignacio Solórzano era sacrificar la esencia de sus personajes en el proceso de adaptación. Pero todos los elementos fundamentales y altamente reconocidos de la tira cómica persisten en la cinta, sin censura ni represión de algún tipo.
Aun con la intención de mantener un espíritu irreverente en la película, esta no es perfecta. Algunos chistes se alargan hasta el punto de perder la gracia y otros se vuelven ridículos. Pero los diálogos, las abundantes referencias, homenajes y parodias a la cultura pop, al cine y a la política mexicana son tan bien llevadas, que los defectos se pasan por alto.
Mención especial al multiestelar elenco que integra la película, pues aunque el dar vida a personajes animados es un arte que requiere años para perfeccionarse, desde Daniel Giménez Cacho, Regina Orozco, José María Yazpik, Héctor Jiménez, Andrés Bustamante hasta Guillermo del Toro y los Hermanos Bichir, las interpretaciones son brillantes y divertidas.
Una cinta altamente recomendable pero con la advertencia de que no es para gente que fácilmente se ofende con temas peyorativos e irreverentes.
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