The Hobbit: El Gran Viaje

Peter Jackson siempre vislumbró la posibilidad de adaptar la novela El Hobbit. Pero tal adaptación a la pantalla de plata parecía estar condenado a no ver jamás la luz. Desgraciadamente la renuncia de su primer director, Guillermo Del Toro, los problemas económicos de la MGM y un sinfín de problemas surgidos durante la filmación dejaban en claro esta posibilidad. Tras superar la dura crisis y con el empeño puesto por Jackson somos transportados nuevamente a la Tierra Media en la primera parte de una trilogía: The Hobbit: An Unexpected Journey (El Hobbit: Un Viaje Inesperado).

Un buen día Bilbo Bolsón (Martin Freeman), un hobbit que vive apaciblemente en La Comarca, es visitado por un mago errante llamado Gandalf El Gris (Ian McKellen) que le invita a iniciar y vivir una aventura acompañando a un singular grupo de 13 enanos liderados por Thorin Escudo de Roble (Richard Armitage) con la finalidad de viajar hasta el reino de Erebor y recuperarlo de las garras del dragón Smaug.

Peter Jackson, un director reconocido por el cine gore y horror con tendencia a realizar proyectos demasiado ambiciosos en comparación con la historia que deseaba contar y tal característica es, a falta de una mejor palabra, perfecto para adaptar la reconocida trilogía literaria de J.R.R. Tolkien: El Señor de los Anillos. Después de tal adaptación existiría un antes y un después para el director quien, a pesar de realizar otros trabajos y participar como productor de otras cintas, regresa al género y a las obras que lo encumbraron, con la adaptación de El Hobbit, historia previa a El Señor de los Anillos.

Al adaptar tal obra Jackson toma la decisión de dividir el texto en 3 partes, cada parte a ser contada en 3 diferentes cintas. No entrare en discusión sobre si Jackson hizo bien o mal en dividir el texto de origen, sino como el director utiliza este recurso para servir como puente con la Trilogía que todos conocemos, y para ello le agrega elementos descritos por Tolkien en otras de sus otras obras literarias que se encuentran ambientadas en el mismo universo de El Hobbit y El Señor de los Anillos y además están emparentadas con estas. El añadido de tales elementos da una mejor comprensión sobre las conexiones existentes entre El Hobbit y El Señor de los Anillos, tal resolución puede incomodar a los fanáticos de la obra escrita pero hay que comprender que es necesaria dada la cantidad de información existente en ambas adaptaciones y como esta se conecta entre si.

Ahora bien y adentrándonos a los elementos propios de El Hobbit, volvemos a la Tierra Media, a sus bosques, montañas, cavernas, y a las diferentes criaturas que la pueblan, a la par de ello descubrimos la historia de Thorin y sus antepasados, el viaje iniciado por Bilbo, el descubrimiento del anillo único, la aparición de Gollum, además de las fuerzas y decisiones que se mueven en esta trama y que se desencadenan en la Trilogía original. En El Hobbit, a diferencia de El Señor de los Anillos la trama tiene un tono más alegre, divertido y ameno pero no exento de heroísmo y grandeza, los paisajes, los personajes y las situaciones mantienen el grado épico antes visto en sus predecesoras. Pareciera que ya hemos visto todo e incluso estructura de la cinta parece calcada, restándole la capacidad de maravillar y transportar al espectador a un mundo de fantasía, nada más lejos de la realidad pues se mantiene ese espíritu que fascina a todos aquellos amantes de las historias fantásticas.

La película sigue posee tramos que son un verdadero disfrute para todo buen amante del cine fantástico y de aventuras, aunque sinceramente no existe una que sobresalga por si sola y sea clave de la misma dando como resultado una película plana. No es que la película aburra, afortunadamente no lo hace, pero la larga duración de la cinta da la sensación de encontrarnos con un producto plano con tramos que no aportan nada a la historia.

Varios de los actores de la Trilogía del Anillo repetirán sus roles, tal es el caso de Ian McKellen, Christopher Lee, Hugo Weaving, Cate Blanchett e incluso Ian Holm y Elijah Wood como un anciano Bilbo y Frodo respectivamente y unen a esta nueva aventura Martin Freeman para dar vida al protagonista de la historia, Bilbo Bolson, Richard Armitage como Thorin Escudo de Roble, Ken Stott como Balin, entre otros. De tal reparto se destacan tres actores que dan vida a los personajes más importantes dentro de la trama. Ian McKellen vuelve a demostrar ser Gandalf sin discusión alguna, Martin Freeman demuestra ser un excelente Bilbo y Richard Armitage posee una estupenda presencia como un príncipe exiliado y líder de la tropa de enanos. El resto del elenco cumple con su cometido de acompañantes de aventuras, aunque algunos de ellos son relegados a una participación secundaria.

A nivel técnico la cinta luce bastante bien, sobre todo en HFR 3D 48fps. (High Frame Rate 3D 48 cuadros por segundo) donde podemos una brecha abismal entre los efectos mostrados hace 11 años y los presentados ahora, con una imagen más nítida y espectacular, con un nivel de detalle nunca visto y una gama de colores perfectamente balanceada. Tal formato resultara un tanto incomodo para todos pues es tecnología visual nunca antes utilizada pero vale la pena el boleto por percibir cada detalle mostrado en pantalla.

En cuanto a la música Howard Shore vuelve a ser una columna vertebral con su portentosa partitura épica, destacando en ésta ocasión el tema de los enanos, vibrante. El montaje, la fotografía nunca decepcionan y podría considerarse como lo más cuidado de la producción.

Con un guion elaborado por el propio Jackson y su socia Fran Walsh, con la colaboración de Guillermo del Toro, de quien se notan varios diseños e ideas, El Hobbit: Un Viaje Inesperado vuelve a transportarnos a la Tierra Media con una historia épica e imperdible.

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