La perfección no se resume en cuando no hay nada que añadir, sino cuando no hay nada más que quitar. Casi todos los días realizamos las actividades comunes y corrientes de nuestra vida diaria, ahora bien nos hemos puesto a pensar sobre la importancia de estas, y como muchas veces preferimos hacer cualquier otra actividad antes de proseguir con ellas, pues lo que ocurre es que no hemos aprendido el simple acto de hacer verdaderos actos de importancia y no solo hacer que la mente vague sin rumbo. Debemos darle la auténtica dimensión a las cosas y nos daremos cuenta cual es el verdadero valor que tienen en nuestras vidas.
Por que hacer de todo si al final no terminas por hacer nada, mejor concéntrate en los objetivos principales de tu vida y llévalos a cabo poco a poco, pero sin perder tanto el tiempo en distracciones.
Hice esta carta más larga de lo normal porque me falta el tiempo para hacerlo en breve.
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