Renovar el alma

Renovación: Un concepto tan abstracto como humano
Dentro de la cosmogonía y mitología de todas las sociedades del hombre ha surgido el concepto de renovación por lo que es natural pensar que el humano es un ser destinado a renovarse mental y espiritualmente. Una actitud inaparente en la actualidad pues vivimos día a día sin reparar en si debemos realizar algún cambio a nuestras vidas por lo que nos sentimos intranquilos y ansiosos ante ciertas situaciones, por eso tenemos un vacio emocional que es difícil de llenar y en apariencia no logramos encontrar algo que nos de esa satisfacción de plenitud.


Como bien se explica en la frase “No hay redención sin sacrificio”, nosotros debemos de buscar la forma de la forma de redimirnos y ser mejores personas, no es un trabajo fácil pues nos obliga a pensar de forma clara y a conciencia sobre que cuales son los verdaderos malestares mentales y espirituales que lastran nuestra existencia.

Las metas no alcanzadas, el desamor, la falta de aprecio por parte de alguien, el descontento por las condiciones vividas, etc. son solo algunas de las causas que hacen de esta vida algo que en apariencia es gris, lo que nadie se pone a pensar es que esta en nosotros el realizar cambios que nos lleven a ser mejores cada día pues damos por sentado que la forma en que vivimos es adecuada y que muchas de las acciones que repercuten en nosotros son simplemente parte de los que debemos vivir como individuos para así saber y conocer cada aspecto de la vida. Este pensamiento no es del todo equivocado pues debemos vivir una situación en específico para aprender y comprender sobre dicho escenario además de poder asimilar y responder de forma más clara y concisa la próxima vez que se nos presente esta realidad. El inconveniente es que el ser humano es por naturaleza y cultura un ser pasivo que piensa inconscientemente que en algún momento todos los problemas se solucionaran sin la necesidad de realizar una acción propia.

Por eso mismo nos sentimos miserables y no sabemos el por que nos invade esa tristeza tan grande que provoca nos impide ser felices. No nos ponemos a cavilar sobre que es nuestra responsabilidad el buscar un bienestar mental y espiritual para ser mejores, un punto muy importante es que no es culpa de nadie la forma en que pensamos, al menos totalmente, pues nuestros padres, amigos y maestros piensan de una forma particular por que así fueron instruidos; pero eso debe de cambiar con nosotros, esta es la clave de la verdadera renovación. Debemos cuestionarnos sobre si la realidad que vivimos es la adecuada y me siento integro y feliz por vivirla, cual es mi función y lugar dentro del mundo, puedo cambiar algunos aspectos de mi vida, cuales deben de ser y sobre todo deseo en verdad cambiar o solo lo hago por que me lo han señalado.

El proceso de cambio es largo y laborioso, por lo que muchas veces lo dejamos de lado al no ver resultados inmediatos en nuestra vida. Pero con paciencia y tenacidad podemos ser mejores. No con esto quiero decir que descubrí el “hilo negro” que conforma la existencia, pero si me ha hecho reflexionar que debemos cambiar nuestra forma de pensar y cuestionarnos sobre si lo aprendido con anterioridad es del todo útil en estos para nosotros mismos y así buscar ideas nuevas que se adecuen a nosotros.

En parte Nietzsche tenía razón de que un humano podía ser un súper-hombre o súper-mujer en dado caso, pues uno mismo debe pensar concienzudamente cual es el verdadero bienestar mental que tanto necesitamos. La vida no es fácil, pero es sencilla pues solo necesitamos realizar pequeñas acciones para así vivir mejor, no la compliquemos con vivir por solo vivir, nadie quiere ese destino, ni lo merece.

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