Cloud Atlas: Trascendencia Sublime

Han pasado más de 4 años desde que los Hermanos Wachoski rodarán su última cinta, ahora vuelven a la carga con la ayuda de Tom Tykwer y nos presentan Cloud Atlas, adaptación de la novela de David Mitchell el mismo nombre. El 6° film de los hermanos resulta ser el más melodramático y maduro hasta la fecha, pero con su peculiar toque de innovación y experimentación.

Somos testigos de un compendio de 6 historias ubicadas en distintas épocas, pasado, presente y futuro, y en distintos lugares, aparentemente sin conexión entre ellas, pero poco a poco iremos comprobando como se van conectando por sutiles detalles. Entre las distintas historias encontramos la de un abogado, Adam Ewing (Jim Sturgess); un músico, Robert Frobisher (Ben Whishaw); una periodista, Luisa Rey (Halle Berry); un viejo editor, Timothy Cavendish (Jim Broadbent); una clon, Sonmi-351 (Doona Bae); y la de un temeroso hombre, Zachry (Tom Hanks).

Desde que Lana y Andy Wachoski presentaran Matrix al mundo han apostando por la estética visual y la incursión de recursos de efectos especiales pioneros pero con Cloud Atlas han realizado una apuesta más arriesgada, ya no en lo visual, terreno que dominan a la perfección, sino en el apartado narrativo y para ello se apoyan en Tom Tykwer quien es reconocido por películas como El Perfume: Historia de un Asesino y Corre, Lola, Corre.

Y es que a pesar de su duración, alrededor de 3 horas, y de la complejidad de la trama, 6 historias diferentes, Cloud Atlas mantiene la atención del espectador minuto a minuto, pues juega con un reparto de actores y relatos de manera impresionante, ligando cada historia individual en una general desarrollada en diferentes momentos, eras y con diversos personajes.

La cinta en si resulta ser un mapa de historias entrelazadas temáticamente y llena de simbolismos y alegorías. Algunas de las cuestiones que retrata la cinta son el karma, la interconexión de eventos y personas, la existencia de opresores y oprimidos, la naturaleza humana y las causas y consecuencias de nuestros actos y por su puesto el amor, y aun cuando cada historia se desarrolle en su mundo propio todas ellas manejan de formas diferentes cada uno de estos temas, los cuales resultan ser sumamente optimistas.

Acompañado de dichos temas podemos encontrar una serie de simbolismos y alegorías que ayudan a comprender mejor la relación de cada historia, como por ejemplo las marcas de nacimiento del protagonista de cada episodio, los medios que utiliza cada uno para relatan sus vivencias y los diferentes viajes que emprenden en sus vidas. Con ello la película busca probar su premisa en cada historia sin olvidar la independencia de cada trama y al mismo tiempo lograr que la película se sienta como un todo y no un montón de cortos pegados.

Y es que Cloud Atlas resulta ser una reflexión sobre el ser humano y su capacidad de destacar, de hacer el bien y el mal, de decidir su futuro, de salirse del camino establecido y marcar un nuevo rumbo, a la vez que es una búsqueda de la verdad no siempre agradable pero si catártica. Pero también nos muestra que vivimos en un mundo que se rige bajo las mismas fuerzas invisibles, fuerzas que cuentan con sus propias variables y condiciones, las cuales, en ocasiones, podremos manejar a nuestra voluntad y placer pero en otras simplemente debemos dejarnos llevar por ellas.

Cada historia es contada en diferentes géneros, aquí podemos encontrar el drama de época, el romance imposible, el thriller político, la farsa, la ciencia ficción distópica y apocalíptica. Puede que el manejo de tantos géneros diferentes llegue a confundir al espectador y que por momentos se pierda el ritmo y el tono de esta; no obstante, hay que reconocer que es un gran atrevimiento por parte de sus realizadores.

La calidad actoral es muy buena, a pesar de lo diversas que resultan ser las historias, y es que son los mismos actores los que actúan en todas las historias, algunos de ellos irreconocibles, pero logran tener momentos muy divertidos, románticos y tristes.

Mientras que la dirección y guion son el fundamento de la cinta, en la que se tienen seis historias, con más de una docena de personajes, es la edición la que permite embonar a la perfección todos los elementos que la integran, logrando mantener el interés del espectador y no confundirlo. Cloud Atlas se mueve entre historia e historia con una gran rapidez, pocas veces se detiene más de un minuto en la misma trama, y me atrevería a decir que lo hace con gran brillantez, ya que este ritmo frenético de cambio de escenario al que nos somete el film bien podría hacernos perder fácilmente el hilo de los distintos argumentos, pero no es así, ya que todos ellos se entienden perfectamente y son igual de disfrutables.

Visual y musicalmente es una belleza, se nota el oficio de los directores quienes se esmeraron en dotar a cada historia con características propias, dándole a cada una individualidad y personalidad propia que en conjunto forman una sinfonía de imágenes e historias. Esta armonía atrapa al espectador con los detalles sin volverse excesiva ni complicar sin sentido la trama que se nos presenta y deja un buen sabor de boca al terminar la función

Uno de los peros que muchos espectadores le pondrán a este film es que esperan una resolución aclaratoria de lo que une a todas las historia. Pero no hay que olvidar el viaje, en el que hemos podido disfrutar de una gran historia que en general atrapa y en donde hemos ido descubriendo sus pequeñas y sutiles conexiones existentes entre ellas. Me gustan las películas que me hagan pensar, incluso cuando he terminado de verlas. Esta lo hace. Tiene partes bellas y estremecedoras, buena música, imágenes potentes. Y entiendo que habrá gente que la verá y a la que no le gustará, pero para mí Cloud Atlas es cine en estado puro y de gran calidad, donde sin duda, el atrevido montaje es su principal protagonista.

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