Aferrándose al Pasado
Una sensación intensa y de grandes reflexiones. Si pudiéramos ejemplificarlo sería como una figura que se agarra a una cabeza sin forma, una cabeza repleta de desorden, de caos.
Esto busca recordarnos que en el tiempo real el pasado, presente y futuro no existen, a diferencia de lo que solemos adquirir como períodos de tiempo son solo períodos de la mente. Es la mente quien marca el tiempo real de nuestro ser, es por esta principal razón que podemos encontrar gente que vive tanto del pasado como del futuro representando la paradoja de estar en el presente y no llegar realmente a disfrutarlo.
Por lo tanto podemos concluir que lo que está frente a la mente es el presente y aquello que va a estar frente a la mente va a ser el futuro, y si vives aferrado al pasado es porque tristemente tu realidad se esta perdiendo frente a tus ojos.
Esto también nos recuerda la importancia de la meditación, la meditación es el entrenamiento de la mente, mediante ella logramos conocernos y controlar sus tiempos. Sabiendo que los tiempos los marca la mente una vez adquirido el mayor control es que podemos controlar todas las experiencias de manera que no puedas estancarte emocionalmente. Este es un buen ejercicio contigo mismo, a pesar de lo que se piensa uno puede meditar de muchas formas. Uno puede meditar frente al televisor, en su hogar, cocinando, escribiendo, hasta trabajando. Porque el meditar es hablar con uno mismo, es recordar, analizar, tomar los conceptos y conclusiones que logran ir por el sentimiento positivo y de tranquilidad.
Siempre hay lugar para sentirse bien, por más que el entorno pueda mostrarnos otras caras, las demás están allí, siempre hay lugar para una sonrisa, para sentirse a pleno, conociéndote a ti mismo tendrás más de la mitad del camino recorrido.
Es tiempo de que dejes esos pensamientos del pasado que te estancan, es hora de que sepas quien fuiste, quien eres y quien quieres ser. No es tan difícil, todos por naturaleza sabemos lo que es sentirse bien y lo que es sentirse mal, sólo hay que organizar los tiempos y marcar las prioridades para encontrar un camino de serenidad y tranquilidad.
Esto busca recordarnos que en el tiempo real el pasado, presente y futuro no existen, a diferencia de lo que solemos adquirir como períodos de tiempo son solo períodos de la mente. Es la mente quien marca el tiempo real de nuestro ser, es por esta principal razón que podemos encontrar gente que vive tanto del pasado como del futuro representando la paradoja de estar en el presente y no llegar realmente a disfrutarlo.
Por lo tanto podemos concluir que lo que está frente a la mente es el presente y aquello que va a estar frente a la mente va a ser el futuro, y si vives aferrado al pasado es porque tristemente tu realidad se esta perdiendo frente a tus ojos.
Esto también nos recuerda la importancia de la meditación, la meditación es el entrenamiento de la mente, mediante ella logramos conocernos y controlar sus tiempos. Sabiendo que los tiempos los marca la mente una vez adquirido el mayor control es que podemos controlar todas las experiencias de manera que no puedas estancarte emocionalmente. Este es un buen ejercicio contigo mismo, a pesar de lo que se piensa uno puede meditar de muchas formas. Uno puede meditar frente al televisor, en su hogar, cocinando, escribiendo, hasta trabajando. Porque el meditar es hablar con uno mismo, es recordar, analizar, tomar los conceptos y conclusiones que logran ir por el sentimiento positivo y de tranquilidad.
Siempre hay lugar para sentirse bien, por más que el entorno pueda mostrarnos otras caras, las demás están allí, siempre hay lugar para una sonrisa, para sentirse a pleno, conociéndote a ti mismo tendrás más de la mitad del camino recorrido.
Es tiempo de que dejes esos pensamientos del pasado que te estancan, es hora de que sepas quien fuiste, quien eres y quien quieres ser. No es tan difícil, todos por naturaleza sabemos lo que es sentirse bien y lo que es sentirse mal, sólo hay que organizar los tiempos y marcar las prioridades para encontrar un camino de serenidad y tranquilidad.
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