Pereza

La Pereza es muy negativa. Cualquier sentimiento relacionado con la pereza encierra un estancamiento, una falta de ganas. Este estado es un estado que para muchos puede resultar de transición pero que también para otros puede resultar en un vicio sumamente destructivo. Una persona que está dominada por la pereza es una persona que se aísla, una persona que no tiene ganas ni de ayudar ni de ayudarse.

Podemos encontrar en el concepto una paradoja contradictoria, como cuando se toma sol en un lugar frío. Esta imagen que puede describir el concepto entero de esta realidad, es un falso placer, una falsa satisfacción, un oscuro bien estar bajo una máscara de estática satisfacción.

Cuando vemos al mundo vemos a una realidad física de constante movimiento, los astros, los planetas, nuestro planeta se encuentra en un constante movimiento con el Sol. Si uno elige cambiar la naturaleza de su propia vida es muy factible que termine de manera negativa para el individuo, esto es un resultado lógico.

De seguro en este momento puedes sentirte sin ganas de moverte, sin ganas de proyectarte, de ponerte metas. Pero esto no tiene por qué hacerse vicio, puede solo ser una etapa de transición. Sólo tienes que encontrarte a ti mismo, tienes que navegar en los rincones de tu consciencia, recordar tus gustos, tus pasiones, tus colores y fragancias que hacían de ti una persona fuerte y activa. Llega a lo profundo de tu incomodidad, navega entre esas aguas turbulencias y logra sacar las conclusiones productivas que hagan de este momento un momento de aprendizaje.

No te olvides que en la vida no todo es bueno o malo, que las sensaciones no son ni buenas ni malas, todo es experiencia, y por más fea o mala que sea la situación puedes tomar parte de ella lo necesario para seguir adelante. Los principios duales de la vida siempre están presentes, cualquier concepto o acción tiene una sombra que es su opuesta, por lo que toda mala acción o mal momento tiene sus cosas positivas, sólo tienes que enfocarte en ellas para poder sortear esas espinas agrias que hacen de tu camino un camino turbio y denso. Camina que no hay necesidad de correr hacia ninguna parte.

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