The Heat: Oye, Nunca te Dije que eras una Buena Agente
Desde su debut Sandra Bullock ha probado suerte en el thriller, el drama y en las comedias románticas, pero sus mejores resultados como actriz son en las comedias de golpe, porrazo y persecuciones. Ahora está de vuelta, con casi 50 años encima, sin pretender disimularlos, con The Heat (Chicas Armadas y Peligrosas), acompañada de Melissa McCarthy y dirigidas por Paul Feig.
Sarah Ashburn (Sandra Bullock), es una reprimida y ultra arrogante agente del FBI, quien llega a Boston para investigar a un misterioso jefe del crimen organizado. Para ello debe colaborar a regañadientes con Shannon Mullins (Melissa McCarthy), una temible y desvergonzada agente de la policía local. Ambas “damas” son totalmente opuestas, ya que mientras Ashburn sigue las reglas Mullins las inflige deliberadamente, pero deben cooperar mutuamente si desean cerrar satisfactoriamente el caso que les compete.
Al igual que con su anterior trabajo, Damas en Guerra, Paul Feig presenta una comedia políticamente incorrecta, donde las protagonistas pierden el estilo y su femineidad y para ello recurre a chistes que van desde los clásicos de golpe y porrazo hasta burlas y comentarios sobre los estereotipos raciales, la sexualidad, entre otros, que raya en lo escatológico. A ello se suma una angelical McCarthy cuyas malas palabras salen de su boca como balas de una metralleta, así mismo tenemos a una Bullock que pretende comportarse correctamente pero no siempre lo logra. Por estas razones, el que ambas sean tan diferentes entre sí pero con algunos puntos en común, hacen que la química entre ambas actrices sea determinante para el buen ritmo de la película.
Aun cuando la cinta presenta elementos cómicos muy comunes, además de una trama sencilla y predecible, las actuaciones de Sandra Bullock y Melissa McCarthy son excelentes, dado el tipo de papeles que les tocó interpretar, ya que no tienen empacho para burlarse de sí mismas y que se aprecia que se divirtieron haciendo este proyecto, mancuerna que nos recuerda a las películas de amigos policías en permanente conflicto, como aquellas de Mel Gibson y Danny Gloover en Arma Mortal o de Eddie Murphy y Nick Nolte en 48 Horas.
Se trata, a fin de cuentas, de una comedia para disfrutar sin sobresaltos ni violencia excesiva, aunque algunos la consideraran “demasiado boba”. Una explosión de complicidad y química entre ambas actrices que les hará pasar un muy buen rato riéndose con las bobadas de este par que es muy peligroso al estar armadas de muy buen humor y talento.
Sarah Ashburn (Sandra Bullock), es una reprimida y ultra arrogante agente del FBI, quien llega a Boston para investigar a un misterioso jefe del crimen organizado. Para ello debe colaborar a regañadientes con Shannon Mullins (Melissa McCarthy), una temible y desvergonzada agente de la policía local. Ambas “damas” son totalmente opuestas, ya que mientras Ashburn sigue las reglas Mullins las inflige deliberadamente, pero deben cooperar mutuamente si desean cerrar satisfactoriamente el caso que les compete.
Al igual que con su anterior trabajo, Damas en Guerra, Paul Feig presenta una comedia políticamente incorrecta, donde las protagonistas pierden el estilo y su femineidad y para ello recurre a chistes que van desde los clásicos de golpe y porrazo hasta burlas y comentarios sobre los estereotipos raciales, la sexualidad, entre otros, que raya en lo escatológico. A ello se suma una angelical McCarthy cuyas malas palabras salen de su boca como balas de una metralleta, así mismo tenemos a una Bullock que pretende comportarse correctamente pero no siempre lo logra. Por estas razones, el que ambas sean tan diferentes entre sí pero con algunos puntos en común, hacen que la química entre ambas actrices sea determinante para el buen ritmo de la película.
Aun cuando la cinta presenta elementos cómicos muy comunes, además de una trama sencilla y predecible, las actuaciones de Sandra Bullock y Melissa McCarthy son excelentes, dado el tipo de papeles que les tocó interpretar, ya que no tienen empacho para burlarse de sí mismas y que se aprecia que se divirtieron haciendo este proyecto, mancuerna que nos recuerda a las películas de amigos policías en permanente conflicto, como aquellas de Mel Gibson y Danny Gloover en Arma Mortal o de Eddie Murphy y Nick Nolte en 48 Horas.
Se trata, a fin de cuentas, de una comedia para disfrutar sin sobresaltos ni violencia excesiva, aunque algunos la consideraran “demasiado boba”. Una explosión de complicidad y química entre ambas actrices que les hará pasar un muy buen rato riéndose con las bobadas de este par que es muy peligroso al estar armadas de muy buen humor y talento.
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