Elysium: Insurgente del Halo
Neil Bloomkamp dirige su segundo largometraje de nombre Elysium, cinta que cuanta con un mayor presupuesto que su anterior trabajo, además de actores reconocidos internacionalmente pero logra mantener su ideología izquierdista y la filosofía propia del cineasta sudafricano, la cual critica nuevamente al sistema establecido.
2154: La sociedad elite se encuentra viviendo en la ciudad espacial denominada Elysium, complejo donde viven sanos e imperturbables por siempre. Mientras tanto en la Tierra la pobreza y las enfermedades aquejan a la población restante. Max (Matt Damon) es un trabajador que sufre un accidente industrial y está a punto de morir, por lo tanto se ve forzado a buscar su pase hacia la ciudad donde todos viven sanos y poder tener una oportunidad de vida.
Una cinta cuya trama es presentar un mundo futurista dividido en dos sociedades diferentes no es nada nuevo, ejemplos de ello tenemos Metrópolis, Gattaca: Experimento Genético, Blade Runner, entre otras. Elysium busca de nuevo adentrarnos a la ciencia ficción que retrata a una sociedad claramente divida en 2. En ella el director Neil Bloomkamp aborda un par de temas muy debatidos hoy en día, por un lado tenemos la segregación de las masas por sus ingresos económicos y por otro la migración ilegal de sociedades pobres hacia sociedades sustentables, temas cargados de tópicos sobre la discriminación y el odio racial.
Elysium no muestra fronteras de lenguaje ni de países, sólo una muy marcada división política derivada de la brecha económica y sanitaria, los plebeyos están en la Tierra y los aristócratas en Elysium, brecha que muchas personas desesperadas y en su mayoría enfermas, intentan traspasar para llegar hasta la estación espacial y acceder a las máquinas médicas que les permita sanar sus males físicos, no importándoles arriesgar su vida en el proceso o que sean deportados nuevamente a la Tierra. En esta cinta el director clama por una igualdad en la sociedad, proyecta su inconformidad con el trato a los inmigrantes de todo el mundo que buscan una vida mejor de forma ilegal en otro país, no siendo muchas veces culpables de vivir en la forma que lo hacen, sin embargo la situación aparentemente futurista es real en nuestros días.
Y es que la producción de Elysium se filmó en buena medida en locaciones en la Ciudad de México como el Bordo de Xochiaca, lugar donde se ve de primera mano a una sociedad en pobreza extrema, lo cual es triste y realmente crudo ya que mientras la cinta plantea una situación de esta naturaleza en el futuro, en muchas partes de nuestro país es una realidad actual. Pues existe una muy clara diferencia entre los muy ricos y los muy pobres, no sólo en México sino en la mayoría de los países emergentes, incluso entre algunos altamente industrializados, mientras unos viven en grandes mansiones, otros lo hacen rodeados de basura y en casas que se mantienen en pie por mera suerte. Las situaciones mostradas en pantalla que nos permite reflexionar y vislumbrar que lejos de resolverse tal problemática esta se agudizará aún más.
Pero a pesar nos encontramos ante una temática bastate interesante descrita en un contexto futurista, la película peca de simplista y conformista pues al parecer la única preocupación del protagonista es servirse del sistema que tanto lo ha oprimido, sin mencionar que introduce “Teoría del Niño Indefenso”, donde alguno de los personajes realizara una acción heroica y/o humanitaria simplemente porque alguien indefenso necesita de su ayuda lo cual hace que gran parte de la trama pierda sentido. Tal vez el periplo del héroe no era suficiente para atraer al público y por ello se opto por el recurso antes mencionado, el cual demerita un poco el producto final.
La calidad técnica de la película es indiscutible. La fotografía es magnífica, remarca la clara división de pobres y ricos mostrada en pantalla, por una parte vemos un mundo sucio, arruinado y carente de estética y por otro lado se nos muestra un mundo adornado, majestuoso y pulcro. En cuanto a la dirección, Blomkamp nos demuestra su capacidad detrás de cámaras, capacidad que espero que refine para así convertirse en un futuro maestro del cine.
Con todo y sus altibajos, Elysium es más que una película de acción y efectos especiales, tiene lo que una película de ciencia ficción debería tener: Un reflejo de la realidad para analizarla partiendo de un mundo similar. Con un ritmo no tan vertiginoso como es lo usual en las películas de este género, la segunda película de Blomkamp es disfrutable y deja al espectador la oportunidad de un debate de la situación de la humanidad, de las acciones de cada uno y del futuro de todos. Además muestra a un director que sin importar el presupuesto que tenga en sus manos parece que no traiciona sus propios principios, aunque parece que la magnitud de la película le ganó un poco esta vez.
2154: La sociedad elite se encuentra viviendo en la ciudad espacial denominada Elysium, complejo donde viven sanos e imperturbables por siempre. Mientras tanto en la Tierra la pobreza y las enfermedades aquejan a la población restante. Max (Matt Damon) es un trabajador que sufre un accidente industrial y está a punto de morir, por lo tanto se ve forzado a buscar su pase hacia la ciudad donde todos viven sanos y poder tener una oportunidad de vida.
Una cinta cuya trama es presentar un mundo futurista dividido en dos sociedades diferentes no es nada nuevo, ejemplos de ello tenemos Metrópolis, Gattaca: Experimento Genético, Blade Runner, entre otras. Elysium busca de nuevo adentrarnos a la ciencia ficción que retrata a una sociedad claramente divida en 2. En ella el director Neil Bloomkamp aborda un par de temas muy debatidos hoy en día, por un lado tenemos la segregación de las masas por sus ingresos económicos y por otro la migración ilegal de sociedades pobres hacia sociedades sustentables, temas cargados de tópicos sobre la discriminación y el odio racial.
Elysium no muestra fronteras de lenguaje ni de países, sólo una muy marcada división política derivada de la brecha económica y sanitaria, los plebeyos están en la Tierra y los aristócratas en Elysium, brecha que muchas personas desesperadas y en su mayoría enfermas, intentan traspasar para llegar hasta la estación espacial y acceder a las máquinas médicas que les permita sanar sus males físicos, no importándoles arriesgar su vida en el proceso o que sean deportados nuevamente a la Tierra. En esta cinta el director clama por una igualdad en la sociedad, proyecta su inconformidad con el trato a los inmigrantes de todo el mundo que buscan una vida mejor de forma ilegal en otro país, no siendo muchas veces culpables de vivir en la forma que lo hacen, sin embargo la situación aparentemente futurista es real en nuestros días.
Y es que la producción de Elysium se filmó en buena medida en locaciones en la Ciudad de México como el Bordo de Xochiaca, lugar donde se ve de primera mano a una sociedad en pobreza extrema, lo cual es triste y realmente crudo ya que mientras la cinta plantea una situación de esta naturaleza en el futuro, en muchas partes de nuestro país es una realidad actual. Pues existe una muy clara diferencia entre los muy ricos y los muy pobres, no sólo en México sino en la mayoría de los países emergentes, incluso entre algunos altamente industrializados, mientras unos viven en grandes mansiones, otros lo hacen rodeados de basura y en casas que se mantienen en pie por mera suerte. Las situaciones mostradas en pantalla que nos permite reflexionar y vislumbrar que lejos de resolverse tal problemática esta se agudizará aún más.
Pero a pesar nos encontramos ante una temática bastate interesante descrita en un contexto futurista, la película peca de simplista y conformista pues al parecer la única preocupación del protagonista es servirse del sistema que tanto lo ha oprimido, sin mencionar que introduce “Teoría del Niño Indefenso”, donde alguno de los personajes realizara una acción heroica y/o humanitaria simplemente porque alguien indefenso necesita de su ayuda lo cual hace que gran parte de la trama pierda sentido. Tal vez el periplo del héroe no era suficiente para atraer al público y por ello se opto por el recurso antes mencionado, el cual demerita un poco el producto final.
La calidad técnica de la película es indiscutible. La fotografía es magnífica, remarca la clara división de pobres y ricos mostrada en pantalla, por una parte vemos un mundo sucio, arruinado y carente de estética y por otro lado se nos muestra un mundo adornado, majestuoso y pulcro. En cuanto a la dirección, Blomkamp nos demuestra su capacidad detrás de cámaras, capacidad que espero que refine para así convertirse en un futuro maestro del cine.
Con todo y sus altibajos, Elysium es más que una película de acción y efectos especiales, tiene lo que una película de ciencia ficción debería tener: Un reflejo de la realidad para analizarla partiendo de un mundo similar. Con un ritmo no tan vertiginoso como es lo usual en las películas de este género, la segunda película de Blomkamp es disfrutable y deja al espectador la oportunidad de un debate de la situación de la humanidad, de las acciones de cada uno y del futuro de todos. Además muestra a un director que sin importar el presupuesto que tenga en sus manos parece que no traiciona sus propios principios, aunque parece que la magnitud de la película le ganó un poco esta vez.
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