Grudge Match: Oye Feo, ¿Qué tal sí Tú y Yo Tenemos otra Oportunidad?
Damas y caballeros les presento, en esta esquina a ROBERT “ROCKY” BALBOA [Vitoreo y aplausos] y en esta otra a JAKE “TORO SALVAJE” LAMOTTA [Más vitoreo y aplausos], bueno en realidad solamente se trata de Sylvester Stallone y Robert De Niro, en Grudge Match (Ajuste de Cuentas) como dos boxeadores rivales de antaño que se reencuentran en el ring para una revancha.
El boxeador Henry “Razor” Sharp (Sylvester Stallone) es el acérrimo rival de Billy “The Kid” McDonnen (Robert De Niro). El primero de carácter bondadoso, amable y respetado, el otro borracho, malhumorado y mujeriego. Sus personalidades tan opuestas los convierten en oponentes naturales, tanto en el cuadrilátero como en la vida. Y 30 años más tarde les llega la oportunidad de volver a enfrentarse y demostrar quién es el mejor.
Sylvester Stallone y Robert De Niro han personificado a los de boxeadores más reconocidos y emblemáticos de la historia cinematográfica, el primero a Rocky Balboa y el segundo a Jake LaMotta. Quizás por ello era buena idea poner en el mismo ring a estos actores.
Y digo era ya que la cinta se queda a mitad de camino de la nostalgia y la comedia. El hecho de que su director, Peter Segal, aborde semejante idea desde la comedia es acertado. Durante la primera mitad, la cinta es una efectiva parodia de Rocky y de Toro Salvaje, los chistes son efectivos y tiene un buen ritmo narrativo. Sylvester Stallone, Robert De Niro e incluso Alan Arkin, como “Lightning” el entrenador de Razor, quien es una clara alusión al entrenador de Rocky, Mickey, hacen bien su trabajo al reírse de sus respectivos personajes y sus claras referencias a tan emblemáticos personajes.
Pero en determinado momento, la trama se torna un asunto de reivindicación personal, convirtiéndose en un melodrama redentor con todos los clichés existentes. Ni Stallone, ni De Niro están para dramas de este calibre, sobre todo cuando intentan parodiar a sus emblemáticos personajes, ahora vistos comoun par boxeadores retirados que buscan una oportunidad más para demostrar su valía.
La premisa es atractiva, dos rivales de antaño, que tienen clarísimas referencias a iconos del cine deportivo, se enfrentan una última vez, pero el resultado no es suficientemente bueno, ya que queda se queda a medio camino de ello; entretiene pero no termina por emocionar. En definitiva, Ajuste de Cuentas no es una mala película pero no está a la altura del tan interesante duelo.
El boxeador Henry “Razor” Sharp (Sylvester Stallone) es el acérrimo rival de Billy “The Kid” McDonnen (Robert De Niro). El primero de carácter bondadoso, amable y respetado, el otro borracho, malhumorado y mujeriego. Sus personalidades tan opuestas los convierten en oponentes naturales, tanto en el cuadrilátero como en la vida. Y 30 años más tarde les llega la oportunidad de volver a enfrentarse y demostrar quién es el mejor.
Sylvester Stallone y Robert De Niro han personificado a los de boxeadores más reconocidos y emblemáticos de la historia cinematográfica, el primero a Rocky Balboa y el segundo a Jake LaMotta. Quizás por ello era buena idea poner en el mismo ring a estos actores.
Y digo era ya que la cinta se queda a mitad de camino de la nostalgia y la comedia. El hecho de que su director, Peter Segal, aborde semejante idea desde la comedia es acertado. Durante la primera mitad, la cinta es una efectiva parodia de Rocky y de Toro Salvaje, los chistes son efectivos y tiene un buen ritmo narrativo. Sylvester Stallone, Robert De Niro e incluso Alan Arkin, como “Lightning” el entrenador de Razor, quien es una clara alusión al entrenador de Rocky, Mickey, hacen bien su trabajo al reírse de sus respectivos personajes y sus claras referencias a tan emblemáticos personajes.
Pero en determinado momento, la trama se torna un asunto de reivindicación personal, convirtiéndose en un melodrama redentor con todos los clichés existentes. Ni Stallone, ni De Niro están para dramas de este calibre, sobre todo cuando intentan parodiar a sus emblemáticos personajes, ahora vistos comoun par boxeadores retirados que buscan una oportunidad más para demostrar su valía.
La premisa es atractiva, dos rivales de antaño, que tienen clarísimas referencias a iconos del cine deportivo, se enfrentan una última vez, pero el resultado no es suficientemente bueno, ya que queda se queda a medio camino de ello; entretiene pero no termina por emocionar. En definitiva, Ajuste de Cuentas no es una mala película pero no está a la altura del tan interesante duelo.
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