Pompeii: Recubierto en Cenizas

Paul W.S. Anderson se olvida un poco de Resident Evil y presenta Pompeii (Pompeya), un péplum que intenta contar el momento en que la ciudad fue destruida gracias a la erupción del Vesubio.

Milo “El Celta” (Kit Harignton) es un prisionero de guerra convertido en gladiador, quien en su ascenso como uno de los mejores combatientes es llevado hasta Pompeya en donde conoce y se enamora de Cassia (Emily Browning), la hija del gobernador de la ciudad. Pero esta relación se interpone en los planes del Senador Corvus (Kiefer Sutherland), pretendiente de Cassia. Esta lucha de amor y poder se desarrolla mientras el Monte Vesubio intensifica su actividad y da pie a una de las catástrofes más conocidas de la historia.

Paul W.S. Anderson nunca ha sido un buen director, técnicamente, tiene habilidad y puede hacer películas decentes pero ninguna de ellas ha sobresalido por su guion o sus actuaciones, en realidad solamente son entretenidas, a lo mucho. Y Pompeya es eso, una película entretenida con efectos especiales decentes.

Pompeya no ofrece nada nuevo, tenemos gladiadores que retan a los romanos, la venganza de un esclavo, el amor prohibido de 2 individuos ya que son de estratos sociales diferentes, un desastre natural. La trama es sumamente ligera pero entretenida. Lo que en verdad llama la atención es la secuencia de la erupción del Monte Vesubio que seguramente requirió mucha preparación de los encargados de los efectos visuales. Ello hace que esta cinta no sea un fallo total.

La producción es visualmente impactante, tiene buenas peleas, una excelente ambientación, vestuario, las actuaciones son regulares, está bien balanceada dada la trama que se engloba en este marco histórico.

Pompeya es una cinta sin sorpresas. Como espectador, ya sabes que esperar del director Paul W.S. Anderson, una película entretenida con efectos visuales impresionantes. No se puede pedir más.