Control

Cuando hablamos de control nos referimos a una paradoja, las personas que se encuentran controladas por lo general siempre están en un grado altísimo de nervios. Cuando un individuo no se encuentra controlado es porque está fluyendo con naturalidad, es una persona que se siente viva que no se siente nervioso, que no necesita controlar nada. Es importante tener en cuenta la realidad de que si tiene que suceder va a suceder, uno no puede dejar de tener expectativas futuras, y en estos casos cuando uno se encuentra con este estado de nerviosismo es cuando una pregunta aparece y deja abierta la reflexión, ¿Por qué estar nervioso cuando uno es uno mismo?

Cuando vemos sobre nuestro entorno vemos a una sociedad que se encuentra en un constante nerviosismo, un nerviosismo que pareciera que sólo se vence de una manera, con la frialdad, las personas para escapar de esta realidad suelen mostrarse como muertos en vida, es por esta principal razón que hoy en día ya nadie se da la mano, se acostumbra a preguntar cómo se está en un saludo que nunca va con verdadero interés.

Es muy cierto que para no vivir de extremos y para no perder el control es necesaria una cuota de frialdad, pero siempre manteniendo un equilibrio, ya que si dejamos que la frialdad tome parte de nosotros nos volveríamos personas sumamente rígidas, personas toscas, individuos que se estancarían y dejarían de crecer.

Lo perfecto, lo intocable, representa la ausencia de vulnerabilidad o de cualquier grado de espontaneidad, es importante que analices y cambies, no sigas estancado porque te estás perdiendo de sentir y vivir muchas experiencias. Está bien sentir temor pero no está nada bien permitir que ellos tomen el control para que termines volviéndote rígida como piedra.

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